Por Carlos Tórtora.-

Desde el vértice del poder, se está poniendo en marcha una operación destinada a debilitar el poder de Sergio Massa en su distrito madre: Buenos Aires. Motivos para que Macri adopte esta decisión no faltan. La crisis interna en el cristinismo, profundizada por las investigaciones judiciales sobre Lázaro Báez y Cristóbal López puede aumentar el espacio político y, por lo tanto, la peligrosidad de Massa en cuanto a intentar ganarle al PRO la elección para senadores nacionales del año que viene en Buenos Aires.

Por otra parte, es obvio que el tigrense está esperando las elecciones internas del PJ, previstas para el próximo 8 de mayo, con la expectativa de que de allí surja una conducción débil y formal, por ejemplo el ex gobernador sanjuanino José Luis Gioja, que acaba de ser desplazado del control de los resortes de su provincia por quien lo sucediera, Juan José Uñac, que se encamina por otros rumbos.

En los últimos días hubo gestos del oficialismo que hirieron la importante vanidad de Massa. Por ejemplo, éste pretendió colocarse cerca de Barack Obama para la foto oficial junto con las principales figuras del gobierno. No se lo permitieron. Para disimular, aquél montó un operativo para que Obama se fotografiara con los legisladores más notables.

El episodio coincidió con el alejamiento del Frente Renovador de una de sus piezas claves, el intendente de San Miguel Joaquín de la Torre, que de este modo emprende un camino tal vez más cercano al PRO.

El golpe mediático

Estos hechos podrían ser coronados en los próximos días por una operación mediática mayor: se trataría del pase del intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde a las filas del PRO o por lo menos como su aliado.

En la última elección, Insaurralde se mantuvo prudente y no enfrentó al kirchnerismo, quedándose en la reserva. Ahora Macri buscaría un golpe de efecto que le reste a Massa lo que más aprecia: su ancho espacio en los medios. La pareja Insaurralde-Jésica Cirio, lanzada como aliada de María Eugenia Vidal, sin duda que le quitaría bastante espacio al líder del Frente Renovador. Después se verá en qué candidatura termina todo esto.

Un operador no muy conocido, Adrián Santorelli (que fuera nexo entre Amado Boudou y Alejandro Granados), se estaría ocupando de ultimar los detalles del regreso al primer plano de Insaurralde. Por otra parte, Lomas es el segundo distrito en cantidad de votantes luego de La Matanza y el macrismo sueña con balancear así la república K que gobierna Verónica Magario.

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