Por Sebastián Dumont.-

Sergio Massa fue más rápido e hizo valer su armado político en la provincia de Buenos Aires para convertirse en al fuerza de oposición con más diálogo con María Eugenia Vidal. Aprovechó de arranque el desconcierto de la derrota del Frente para la Victoria y sus facturas internas para avanzar y ser el interlocutor preferido de Macri y de Vidal. Tal movida, que lo llevó a quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados, hizo que los intendentes del kirchnerismo ahora en tránsito, tuvieran que reaccionar para intentar hacer valer que, en realidad, conforman un bloque más amplio desde la oposición. Quien quiere llevar adelante ese rol es Martín Insaurralde, el alcalde de Lomas de Zamora, que en otros tiempos estuvo a punto de saltar al Frente Renovador. Su reciente visita a la Casa Rosada es una muestra más de ello.

Lo esperaban en el Chaco, pero Insaurralde nunca apareció. La reunión que convocó a intendentes del peronismo de todo el país para reorganizarse y convertirse en interlocutores predilectos de Cambiemos.

El intendente de Lomas estuvo con el ministro del interior Rogelio Frigerio. Toda una señal que muestra al peronismo más dialoguista. ¿Cuán lejos puede estar de la postura del bloque que se escindió en la Cámara de Diputados? Es verdad que la primera reacción fue la de criticar a Bossio por viejas facturas. Pero en la práctica, no está muy alejado de esa postura. Como tampoco lo está el grupo de intendentes que suelen reunirse por estos días con bastante frecuencia y que refundan un grupo de los 8.

Hay, detrás de todo esto, un objetivo. O en realidad, varios. Pero uno de ellos es tratar de conseguir más peso en la interlocución con el gobierno nacional y provincial. Y sacarle ese privilegio a Massa. Pero, el que pega primero pega dos veces.

De todas maneras, algo están consiguiendo. En silencio, empiezan a aparecer nombres surgidos de boca de los intendentes mencionados para ocupar lugares en cargos provinciales que pertenecen a la oposición. Ya hubo algunos desembarcos en empresas ligadas a la órbita de la Subsecretaría de Servicios Públicos que supo manejar Franco La Porta. Otro nombre para agendar. Su presencia en el Chaco de la mano de un grupo de intendentes llama a pensar que hay algo más. Tiempo al tiempo.

Los movimientos en el peronismo son de tal magnitud que no puede ser descuidada ninguna de las puntas. Se viene el 24 el congreso del PJ, donde prometen chispas. No hay duda de que la postura de un grupo, cada vez más amplio, es empezar a dejar atrás al cristinismo ortodoxo. Sin dudas, Insaurralde es uno de los abanderados de esa movida.

El poder se pelea todos los días y en todos los rincones. Sabios en el arte de olfatear, estos alcaldes ven que aún María Eugenia Vidal tiene dificultades para armar su gobierno. Están prestos a colaborar. Nada es gratis. Y además, avanzan en el control del bloque de diputados, donde quieren desplazar a José Ottavis.

Si bien todos hablan con todos, hay gestos que no pueden dejarse pasar. Uno de ellos es que, en este espíritu de ser oposición responsable, los intendentes de la tercera le han prometido a su par de Lanús, Néstor Grindetti, convertirlo en el hombre fuerte de Cambiemos en la sección.

Hablar con Massa no significa cederle todo a él. Ya se llevaron la primera piña de arranque. Van por la revancha. Buscan no quedarse afuera de la repartija total.

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