Por Carlos Tórtora.-

Alejandro Vandenbroele, ex titular de The Old Fund, acusado de haber sido testaferro de Boudou, se presentó ayer en Comodoro Py para conocer «el estado de todas las causas que se siguen en su contra», esto es, su intervención para la compra de Ciccone, otra por la renegociación de la deuda pública de Formosa con el Estado Nacional y una tercera por presunto enriquecimiento ilícito.

En este marco, pidió ingresar al programa de arrepentidos e imputados colaboradores, que brinda beneficios a los imputados a cambio de que otorguen información a la Justicia, lo que ahora era evaluado por la Fiscalía.

La maniobra de Vandenbroele no tendría nada de espontánea y sería el resultado de largas negociaciones. De lo que se sabe hasta ahora, el primer impacto de sus inminentes revelaciones caerían sobre la causa de Formosa. En el 2010, Boudou, como ministro de economía, piloteó la renegociación de la deuda provincial que Formosa tenía con el Estado Nacional, y por la cual se pagaron 7,6 millones de pesos a The Old Fund, de Alejandro Vandenbroele, por trabajos de consultoría. El ahora arrepentido giró $ 2,2 millones (cerca del 30%) a Martín Cortés, quien por entonces era accionista, director y presidente del Banco de Formosa, además de uno los principales operadores de Insfrán en Buenos Aires.

Nada es casual

La posibilidad de que la Justicia Federal se encamine hacia el procesamiento del gobernador formoseño es algo que desde ayer se convirtió en un dato político central. Los gobernadores están pulseando con la Casa Rosada por la firma del Pacto Fiscal e intentan además controlar al bloque de senadores del PJ a través del gerenciamiento de Miguel Ángel Pichetto. Las listas de Insfrán en Formosa vienen de imponerse con más del 60 por ciento en las elecciones del 22 de octubre pasado, por lo cual el mandatario no corre riesgo de juicio político pero sí de que se derrumbe su continuidad en el poder. Si en Formosa llegara a tambalear el sólido poder local, el mensaje para el resto de los gobernadores peronistas, como el ya procesado Juan Manzur en Tucumán, sería por demás obvio.

La aparición de Vandenbroele como arrepentido también es una advertencia indirecta a los caciques de la CGT que deben decidir ahora qué tipo de oposición le harán a la reforma laboral.

Días atrás, se habría producido una reunión reservada entre Macri, el camarista federal Martín Irurzun y el presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti, en la cual se habría hablado de cómo impactaría la figura del arrepentido en el caso de Vandenbroele.

Justamente Irurzun, junto con Eduardo Farah, son autores de un nuevo fallo que favorece la instrumentación de la figura del arrepentido, permite gozar de la libertad en forma inmediata y ser confirmada en la sentencia si la información resultara útil para destrabar actos de corrupción.

Ahora, con esta suma de factores la ola anticorrupción amenaza a la liga de gobernadores en forma directa.

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