La negativa de Daniel Scioli a participar en el debate de candidatos presidenciales con Daniel Scioli y Sergio Massa fue ayer el tema excluyente. Carlos Tórtora conversó sobre el tema con Julio Bárbaro.

CAT: La retirada del candidato principal del oficialismo de un debate tiene distintas implicancias, ¿no? ¿Cómo la categorizás?

JB: Es una renuncia a la verdadera democracia, porque me parece que la Argentina necesita salir de una confrontación e ingresar al diálogo y la imagen de los candidatos debatiendo juntos era la imagen de una sociedad unida y renunciar a ello es dar un paso muy negativo en la política.

CAT: ¿El que renuncia a ello lo hace porque está convencido de que no lo necesita o de que va a perder votos?

JB: Es un gesto que siempre marca temor, nunca grandeza. Eso es achicarse; cualquier otra justificación es gratuita.

CAT: ¿Querés decir que lo hace porque está convencido de que ya ganó?

JB: No, no tiene que ver con que ya ganó. Lo hace porque no puede ganar el debate.

CAT: Correcto. ¿Y cuáles creés que serán las consecuencias?

JB: No lo sé, porque me parece que la dignidad del político no tiene que estar unida a la encuesta. Las consecuencias no las conozco. Para mí, es una devaluación de su persona.

CAT: ¿Lo afecta entonces en su imagen?

JB: En la imagen que yo tengo de él, sí.

CAT: ¿Debe haber debate entre los candidatos que quedan o no?

JB: Yo creo que tiene que haber debate entre los candidatos que quedan, porque la discusión que da el debate enriquece a todos los candidatos porque enriquece a la sociedad.

CAT: Este hecho es una especie de Tucumán de distinto tipo…

JB: No sé si es Tucumán, pero creo que es no tener conciencia de lo que la sociedad necesita hoy. Hoy necesita grandeza y renunciar al debate es pequeñez.

CAT: Esto parece conectarse con toda la racha de Scioli que empezó con el viaje a Italia, las inundaciones, etc. ¿No? Son como una serie de hechos…

JB: A mí me parece que no. Lo peor de todo esto es el hecho de que hasta el momento que yo quiero votar un candidato y todo me marca que queda sólo un delegado.

CAT: ¿Porque vinculás el no debate a su subordinación a Cristina?

JB: Más bien yo no; la realidad la hace, es indiscutible. La subordinación está tan marcada que lo que dice esta señora Carlotto es parte de lo que sentimos todos. Ya si damos un paso más, en lugar de un candidato vamos a estar votando a un testaferro.

CAT: Sí. ¿No hay posibilidad de que la decisión haya sido tomada por otro motivo que no sea éste?

JB: El debate es lo más necesario de la Argentina de hoy. Es una Argentina que está fracturada, que el kirchnerismo fracturó; el debate es entre adversarios. El kirchnerismo cree que la vida está llena de enemigos. Debatir era salir del kirchnerismo.

CAT: Debatir era un paso sustancial. Obviamente, no salimos del kirchnerismo…

JB: Exactamente.

CAT: ¿Creés que va a tener implicancias en las encuestas?

JB: Los encuestadores se están enriqueciendo con nuestra necesidad de medir las consecuencias del voto. Yo no sé si esto le da o le quita puntos pero creo que estamos en una situación, en una coyuntura, que eso tiene que ser una obligación. Como si vos me preguntás de Tucumán, si hubiéramos tenido un gobernador en serio hubiera dicho “yo quiero que se vote de nuevo”, ganaba y teníamos un estadista.

CAT: Correcto.

JB: Ese señor tenía la puerta abierta para ser un estadista.

CAT: ¿Esto lo acerca más a Scioli a la figura de Aníbal Fernández? Hablo desde el mal sentido de la imagen…

JB: Claro que lo acerca. Lo acerca a los candidatos como testaferro del kirchnerismo, como instrumentos del kirchnerismo. Y uno insiste; yo creo que lo hubiera votado a Scioli como un candidato. Como delegado de Cristina, no lo votaría.

CAT: ¿Creés que el anuncio económico de ayer, al que muchos economistas calificaron como voluntarista, junto con la renuncia al debate presidencial, es todo lo mismo, no?

JB: Me parece que las imágenes de las candidaturas kirchneristas son hijas del capricho de la presidenta y tienen todas, para mí, una imagen pequeña.

CAT: ¿Por qué creés que ella, a tan poco tiempo de dejar el poder, todavía puede conservar una autoridad asombrosamente fuerte?

JB: Porque no tenemos una sociedad que tenga la inteligencia política digna.

CAT: O sea, porque nadie se planta.

JB: Claro, Menem, por ejemplo, se plantó contra Alfonsín. Si nadie se le planta a ella es porque la política ha dejado de ser la formulación de ideas para ser una estructura de ingresos y la prebenda nadie la arregla.

CAT: Y hablando de eso, esa pequeña guerra con Niembro, que siguió con otros y que Massa llevoóadelante con atacando a Macri, ¿no termina perjudicando a ambos?

JB: Yo creo que a los tres. Es decir, somos incapaces de debatir ideas y nos dedicamos a las acusaciones; estamos degradándonos todos.

CAT: ¿Creés que la campana sucia va a ser el común denominador?

JB: Si hay campana sucia y sin debate, hay candidatos pequeños…

CAT: Pero consecuencias imposibles de adivinar…

JB: La consecuencia es la democracia empobrecida que tuvimos estos años.

CAT: ¿Ves ballotage o no?

JB: Yo veo y deseo el ballotage.

CAT: ¿Con Macri?

JB: Sí, más allá de eso, son detalles. Veo ballotage, punto. No estoy con ninguno de los tres.

CAT: Creés que a aquél que gane un ballotage, dramáticamente suponemos por uno o dos puntos… ¿Lo deja débil o fuerte?

JB: Los deja débiles a todos. El candidato que gane les debe decir “si gano, invito a los demás, porque el futuro lo hacemos juntos o no hay futuro”.

CAT: Digamos que eso podría ocurrir entre dos opositores, entre los tres me parece que sería difícil, ¿no?

JB: Yo lo que te digo es cómo debería ser, no si va a serlo.

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