Por Carlos Tórtora.-

Juntos por el Cambio está sufriendo como su mayor problema el crecimiento espectacular de Javier Milei, que tiene la forma de un vaciamiento de votos. El tema es el primero en la agenda de la coalición opositora, en cuya mesa chica llegó a plantearse días atrás que era hora de contraatacar descalificando al líder libertario por servir supuestamente al gobierno al dividir la oposición. Sin embargo, se impuso la postura que impulsa Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de gobierno porteño sostendría que cualquier ataque sólo puede servir para que, por contraposición, Milei crezca más todavía y que lo acertado es no hablar del tema y esperar, porque habría muchas posibilidades de que el fenómeno liberal se estanque o directamente decaiga en los próximos meses. En apoyo de este razonamiento se dice que Milei está acumulando bajo su bandera a sectores totalmente heterogéneos, como los ultraliberales, los conservadores e incluso los peronistas de derecha, y que esta diversidad sería potencialmente explosiva. Claro está que, mediante un liderazgo muy concentrado, se podría hacer que estos grupos convivan en paz. El otro pronóstico oscuro señala que su ataque a la casta política le impide negociar con dirigentes de primer nivel, lo que lo limitaría enormemente. En el otro extremo está Elisa Carrió, que poco a poco va confrontando y aumentando sus críticas a Milei.

Riesgos

El riesgo de no enfrentar a Milei es obvio: cada día que pasa éste se consolida más y cada vez es mayor su agresividad hacia JxC, con las excepciones de Mauricio Macri y Patricia Bullrich, que se salvan de las críticas. Los más optimistas en el PRO también se agarran de que no le será fácil al diputado liberal armar una estructura política en el año que falta para las PASO. Sin embargo, en el círculo áulico de La Libertad Avanza aseguran que ya tienen asegurado el armado político en 20 provincias y que no habrá crisis entre los nuevos dirigentes.

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