Por Carlos Tórtora.-

Los intendentes peronistas del conurbano estarían ya a punto de bajar los brazos ante la rotunda negativa de Axel Kicillof de dar a conocer su futuro gabinete antes de las elecciones del 27 de octubre. El economista sigue los pasos de Alberto Fernández y permanece inmutable, sabiendo que dar nombres ahora sólo serviría para debilitar a los nominados. Mientras tanto, los barones del conurbano están tratando de mejorar su diálogo con Kicillof y actúan en dos grupos representados por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Gustavo Menéndez (Merlo). En medio de su silencio, el candidato a gobernador tuvo en los últimos días gestos de deferencia hacia el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, que permiten hablar de que éste terminará siendo Ministro de Producción. Katopodis y Juanchi Zabaleta (Hurlingham) son los dos intendentes más allegados a Alberto Fernández.

Ella se prepara

A todo esto, en la vereda de enfrente, María Eugenia Vidal se prepara para conducir la oposición en la provincia mientras suenan rumores acerca de una crisis entre el PRO y la UCR bonaerense. Días atrás, el intendente de San Isidro Gustavo Posse, la mayor intendencia radical de la provincia, apareció en un acto oficial encabezado por el Gustavo Menéndez. Estos movimientos que presagian cambios también se empiezan a sentir en el oficialismo. Por ejemplo, dos de los principales operadores políticos vidalistas, los ministros de Seguridad y Gobierno Cristian Ritondo y Joaquín de la Torre, estarían orientándose a crear un espacio por fuera del PRO, lo que podría llevarlos a un progresivo retorno al PJ.

Una incógnita imposible de descifrar hoy es cuál será el grado de acatamiento de la dirigencia macrista a Vidal si pierde la gobernación. Para evitar sorpresas, ésta se hace tiempo ahora para conversar con los intendentes y empezó a reunirse con los de la Cuarta Sección Electoral.

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