Por Guillermo Cherashny.-

Hace unos meses que el Dr. Conte Grand, Procurador General de la provincia de Buenos Aires, es el brazo ejecutor de los deseos del Presidente Macri de encarcelar a Pablo Moyano para imponer la reforma laboral que todos los gremios y el peronismo se niegan a aprobar. La ofensiva gubernamental que encabeza por orden del presidente la ministra Patricia Bullrich con su jefe de gabinete Gerardo Milmann y la asesora Florencia Arietto, ex jefa de seguridad del club Independiente, intenta convertir a Pablo Moyano en jefe de la barra brava de Independiente, cuando su verdadero líder, Pablo «Bebote» Álvarez, está encarcelado por el fiscal general de Lomas Sebastián Escalera, quien le ofreció ser arrepentido en la causa y pasar de jefe de la asociación ilícita a mero partícipe, con una pena mucho menor.

Este disparate jurídico, en caso de consumarse, debería extenderse a Rodolfo D’Onofrio, presidente de River, quien también debería considerarse jefe por el «Caverna», líder de la barra los «borrachos del tablón», que fue allanado y se le encontraron 700.000 pesos, 120.000 dólares y 300 entradas para el clásico River-Boca, seguramente suministradas por la comisión directiva, y lo mismo Daniel Angelici, el presidente de Boca Juniors, que permitió que el micro de los jugadores que salió de la Bombonera fuera custodiado por Di Zeo, el líder histórico de «la 12», la barra de ese club. Pero en estos casos no hay ninguna denuncia judicial, porque los barras bravas de River y Boca están libres y no le molesta al presidente Macri, que en su doble standard mandó una ley que pena a los barras bravas después de los incidentes en las inmediaciones del estadio de River en Núñez.

Pero lo más grave del caso de los Moyano es que «Bebote» Álvarez, desde la cárcel, lo llama al utilero de independiente Víctor Sotelo, que fue robado hace poco y si no implica a los Moyano le seguirán robando.

A todo esto se suma que supuestos agentes de la AFI «vigilan» al Dr. Llermanos, abogado de la familia Moyano, en un claro caso de amedrentamiento, frente a su estudio jurídico en la calle Alsina frente a la UOM, a dos cuadras de la Casa Rosada. Al efecto mostramos una foto del supuesto agente de la AFI que vigila el estudio del Dr. Llermanos.

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