Por Guillermo Cherashny.-

Están muy agitadas las aguas en el PRO bonaerense y, por ende, Juntos por el Cambio, porque Patricia Bullrich, que históricamente lideró un partidito capitalino que tuvo varias siglas, ahora, como presidenta del PRO, se quiere meter y manejar el partido en la provincia, cuya líder es María Eugenia Vidal, que comparte cartel con los intendentes del «grupo Dorrego» integrado por Jorge Macri, Néstor Grindetti y Diego Valenzuela, entre otros. Vidal lanzó una nueva agrupación denominada «la territorial», compuesta por ex candidatos a intendentes en su distritos por el PRO con un claro peso en el terreno, que se reparten el poder con los dorreguistas, que se quieren independizar de Vidal, quien sigue rodeada por el ex diputado Alex Campbell y Federico Salvai, el ex jefe de gabinete y marido de Carolina Stanley.

La Bullrich nunca militó en la PBA y los dirigentes del PRO de ese distrito dicen que «la piba» está rodeada de «los susanos», como Esteban Bullrich, Hernán Lombardi y Florencia Arietto, la ex kirchnerista, massista, que se cobijó en el paraguas de Carrió y ahora es la ayudante de campo de Patricia y es la encargada de fomentar rebeliones de la bonaerense desde los canales de TV. En el PRO bonaerense consideran a la mediática como una paracaidista en la PBA, pese a que nació en Salto, pero fue dos veces candidata a diputada nacional por el Frente Renovador de la Capital Federal y ahora es la mano derecha de la presidenta del PRO y, al igual que su jefa, las consideran como «las prisioneras de las redes», porque ambas fomentan a los trolls de Twitter y después se creen que esa red social es la presentación de la sociedad, cuando sólo contiene una minoría intensa compuesta por la familia militar, los productores agropecuarios y los radicales de derecha, mientras los históricos del PRO creen que la representación de la sociedad no está en Twitter solamente sino en el territorio y la realidad que esa red no refleja.

Sin embargo, la presidenta del PRO, con el apoyo de Mauricio Macri, quiere cambiar esa relación de fuerzas y no tiene en cuenta la opinión de Lilita Carrió y su Coalición Cívica y la UCR, que quiere el primer lugar para Facundo Manes, a la «loba solitaria» de Graciela Ocaña, que encabezó la lista en el 2017, donde obtuvo el 42% y que le será muy difícil de repetir.

A estos sectores hay que agregar al Peronismo Republicano que lidera Miguel Pichetto, que también quiere encabezar la lista de diputados nacionales y que está acompañado por Joaquín de la Torre, ex ministro de gobierno de Vidal y caudillo de San Miguel. Y además hay que agregar el GEN de Margarita Stolbizer y Marcelo Díaz, que están alineados con Martín Lousteau.

Todo este desfile de vanidades enfrenta Patricia Bullrich si quiere intervenir en un distrito que le es ajeno y dicen que Mauricio Macri está celoso, porque la Bullrich quiere pelear por la presidencia en el 2023, cuando él se considera el candidato natural ante lo que considera un fracaso de sus sucesores.

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