Por Carlos Tórtora.-

Ya es vox populi que después de la sanción del acuerdo con el FMI por el Senado, el presidente aprovecharía la instancia de debilidad del cristinismo para aumentar su poder y reformular el gabinete. También se comenta y mucho que, si el gobierno consigue bajar la inflación en el próximo trimestre, Alberto sería más explícito sobre su reelección.

A todo esto, el triángulo compuesto por Cristina, Máximo y Axel Kicillof estaría elaborando respuestas por si el conflicto escala y termina en una guerra abierta.

De llegar de a esta guerra abierta, el kirchnerismo duro amenazaría al presidente con separar la elección provincial de la nacional, restándole así a Alberto el apoyo del aparato político bonaerense. De llegarse a esto, el presidente quedaría sumamente debilitado. Para este plan de guerra, Cristina y Kicillof irían como senadores nacionales y Martín Insaurralde como candidato a gobernador. Los intendentes del conurbano serían los grandes ganadores de esta estrategia.

Share