Por Carlos Tórtora.-

La irrupción de Sergio Massa como firme candidato a la presidencia ya está impactando en las filas de JxC. Al ministro de economía los consultores lo señalan como en condiciones de atraer a un segmento importante del electorado independiente, lo que le resulta imposible, por ejemplo, a Cristina Kirchner. Esta nueva perspectiva haría ahora que Mauricio Macri tenga un nuevo argumento para considerar su candidatura a presidente. El expresidente está convencido de que él tiene mayor capacidad que Horacio Rodríguez Larreta para captar el voto independiente evitando así que lo haga Massa. Muchos en el PRO interpretaron el cálido recibimiento en Cumelen de Macri a Patricia Bullrich y su marido como el prólogo de una fórmula Macri-Bullrich.

La reacción de Larreta

A todo esto, Larreta se prepara para subsistir con el suspenso que hace Macri al menos hasta abril. Fuertemente disgustado con la situación, el jefe de gobierno estudia el adelantamiento de las elecciones locales como una forma de presionar a su exjefe. Podría volver entonces a su coqueteo con Martín Lousteau para su sucesión, algo que el macrismo rechaza de plano reivindicando la candidatura de Jorge Macri.

A esta altura del partido, la relación entre las dos figuras mayores de la oposición se asemeja a una guerra de nervios. Macri estaría convencido de que Larreta, de llegar a presidente, armaría un gobierno sin sumar a los exfuncionarios macristas, tomando así su propio rumbo. Larreta, por su parte, creería que una candidatura a presidente de su exjefe sería para él la señal de que su carrera política se acorta.

La irrupción de Massa es vista en el larretismo como una confirmación de que no hay que apartarse del perfil centrista que tiene el gobierno porteño.

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