Por Guillermo Cherashny.-

Al mismo tiempo que Luis Barrionuevo y Hugo Moyano se reunían en el Hotel Sasso de Mar del Plata, donde criticaron duramente la ley previsional y se opusieron firmemente al intento de reforma laboral, se conoció un estudio de los economistas que asesoran al senador Miguel Pichetto donde analizaron críticamente la balanza cambiaria.

En efecto, con el aval de Pichetto, sus economistas descubrieron que el gasto en viajes, pasajes y tarjetas por turismo y compras desde el país al exterior y la compra de billetes llegó hasta noviembre a 26.000 millones de dólares, el equivalente a las exportaciones de todo el complejo cerealero-oleaginoso y también una diferencia entre importaciones y exportaciones de casi 8000 millones de dólares hasta noviembre.

Por su parte, el Gobierno nacional está molesto con Pichetto porque, junto a los gobernadores del PJ, no apoyan la reforma laboral, aunque los sindicalistas no quieren saber nada, por lo cual para el rionegrino sería un suicidio político una aprobación del Senado que repetiría los incidentes de diciembre pasado, porque, si bien apoya una «oposición constructiva» a diferencia de la «oposición de bloqueo» de Unión Ciudadana, no tiene sentido una reforma laboral en estos tiempos.

Esta situación motivo que el Gobierno dejara de lado la convocatoria a sesiones extraordinarias donde se aprobaría la ley de mercado de capitales. Pero da la impresión de que el macrismo decidió gobernar por decreto y tampoco quiere apurar la ley del ministerio público.

Así las cosas, tanto el peronismo no K como el Frente Renovador y en mayor medida Unión Ciudadana no le van a hacer nada fácil al Gobierno el intento de gobernar por decreto.

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