Por Guillermo Cherashny.-

No es ninguna novedad que lo que ocurra en la provincia de Buenos Aires es determinante para el resultado final y puede pasar como en el 2015, cuando Scioli ganó la primera vuelta y ballotage en la provincia de Buenos Aires y sin embargo perdió la presidencia, porque no obtuvo en esa provincia clave un distancia apreciable; además, María Eugenia Vidal dio un batacazo ganándole a Aníbal Fernández, lo que motivó que Daniel Scioli, del 38,8% que obtuvo a nivel nacional bajó al 37% en la general y Macri pasó del 30 al 34%, lo que condicionó el ballotage. También porque ganó en toda la zona centro del país, como Córdoba, donde sacó una ventaja de 900.000 votos, y ganando también en Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos.

En estas elecciones, el peronismo tiene serias chances de ganar en Santa Fe y Entre Ríos y perder por menos votos en Córdoba y Mendoza y ganar por más distancia en Tucumán.

Así están las cosas en este momento pero la campaña de demonización que instala el gobierno y los medios de comunicación está teniendo éxito, porque se basa en que el kirchnerismo comete los mismos errores que cuando fue gobierno. Pero es tal el desastre económico del macrismo que hoy los números a nivel nacional favorecen a todos por 4/5/6% pero no está nada dicho, porque el macrismo maneja el estado nacional, el gobierno de CABA y el de la provincia de Buenos Aires y la economía no es el fuerte del Frente para Todos, por lo cual es una elección polarizada entre lo malo y lo peor con resultado incierto.

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