Carlos Tórtora analizó la realidad nacional con el embajador y escritor Abel Posse.

CAT: ¿Usted cree que el gobierno está montando un escenario de conflicto con Estados Unidos alrededor del caso Stiuso como nuevo elemento de captación electoral?

AP: No puedo pensarlo. Evidentemente hay un sentimiento contra los americanos muy común entre los argentinos, ¿no? Pero podría ser. Me parece que no alcanza el objetivo electoral. Yo creo que hay un descuido de las formas diplomáticas.

CAT: ¿Hubo una torpeza presidencial?

AP: Evidentemente no es sólo un fenómeno de sensibilidad presidencial. No puede ser que el ecosistema que vivimos los argentinos en el exterior sea tan contrario a la normalidad de las prácticas internacionales No veo que estas cosas sean normales en una presidente…

CAT: ¿Entonces Stiuso no es un eje electoral?

AP: No. Esos temas no inciden en la gente. La gente que vota al peronismo o al macrismo no se fija en eso.

CAT: No, desde ya que no influye en el voto. Eso está probado. Pero, yendo a lo que sí influye en el voto, en las tendencias da la impresión de que hay cierto éxito del gobierno en imponer el temor al cambio, como temor al ajuste o a lo desconocido en materia económica.

AP: Eso es evidente, porque es bastante real. Yo hablo sobre todo del voto social, ideológico. En un país que está en una crisis económica tan tremenda, a la gente no le importa realizar un juicio final de la economía, del gobierno. Lo que sí, se horrorizan se horrorizan por la posibilidad de dejar de recibir los beneficios que están recibiendo.

CAT: Pero esto se extiende a la clase media. ¿No hay también voto cuota o voto tarjeta de crédito?

AP: No creo.

CAT: El otro aspecto de este mismo enfoque es que, si uno confronta lo que dicen en general los medios y el optimismo que se trasunta en muchos ambientes sobre la economía -sobre que todo la idea de que va a cambiar favorablemente- con la opinión de muchos economistas, ambas visiones no coinciden en lo más mínimo, ¿no?

AP: Mucha gente, cuando está ante las urnas, tiene un porcentaje de temor muy grande. Y en esto influye también el hecho de que los dos candidatos con más votos están estancados.

CAT: ¿Hay dos que están estancados? Los dos que están arriba…

AP: Sí. En efecto, la bipolaridad es la que está en una especie de amesetamiento.

CAT: ¿Están estancados porque no los dejan, en el caso de Scioli, moverse hacia ningún lado, y en el caso de Macri, porque no se mueve?

AP: Claro. Es un poco así. Yo creo que Macri se equivocó mucho con su toma de distancia del electorado peronista y ahora está buscando por momentos inaugurar un monumento a Perón y a ver si recauda votos con Hugo Moyano. Está demostrando que se equivocó cuando tenía la oportunidad de llegar a un acuerdo con Massa que favoreciera a toda la oposición.

CAT: ¿Se equivocó o las circunstancias lo hacían muy difícil o imposible?

AP: No, era imposible para Massa, porque es un hombre de cuarenta años con un futuro muy grande y muy marcado en el desarrollo del peronismo y una alianza con Macri hubiera sido para él contraproducente. En definitiva, un acuerdo como ése hubiera arruinado su carrera como peronista. Pero creo que debe haber acuerdos más sutiles.

CAT: Creo que Macri quedó muy influido por el episodio del 2011, porque al no acordar con Duhalde realmente acertó con los números. Pero Duhalde, en ese momento, ofrecía sobre expectativas que no se cumplieron. Y aquello me parece que a Macri lo convenció de que el arreglo con el peronismo no era rentable. Tampoco ahora, ¿no?

AP: Él sobreestimó su propia imagen y la de su partido, en el sentido de que van por el buen camino y de que representan un voto de cambio y que la gente quiere cambios.

CAT: Ahora, todo el mundo piensa sobre todo en el cambio o no cambio económico pero hay otro aspecto central de la crisis y es que, si el sistema institucional no se restablece de algún modo, el cambio o la continuidad económica tampoco van a funcionar.

AP: Sin duda, pero ha sido importante que la Corte Suprema de Justicia se mantuviera. La Corte reorganiza todo el poder judicial. La Ley de Garantía de Inversiones Extranjeras e Importación de Capitales es también fundamental, porque sin eso va a profundizarse la crisis y una baja en los negocios argentinos. En Argentina, los inversores importantes necesitan de una estabilidad económica.

CAT: Esto nos lleva más bien a la idea de que la estabilidad hay que demostrarla con el tiempo.

AP: Sin duda ¿Y sabe cómo? Con mucha propaganda inmediata para acelerar el tiempo. El mundo no puede creer que esto no ha sido un sueño. Nosotros somos así como país; esto es un brote de la locura argentina. No podemos organizar una economía, no pudimos organizar activamente el MERCOSUR, entonces el mundo no le cree a la Argentina, ¿no? Nos conducimos en el mundo como ebrios y ya están acostumbrados a nuestros desmanejos.

CAT: Pero tenemos la alternativa de que el kirchnerismo subsista dentro del peronismo como una fuerza o que se licue como tantas veces ocurrió en la historia con distintos sectores peronistas.

AP: No, porque el kirchnerismo en realidad no tiene ideología. El peronismo es un social-cristianismo profundo muy aceptado por el pueblo argentino, que creó un avance social indiscutible con el reparto del 50% de la renta nacional a la sociedad. Mientras que el peronismo tiene una ideología profunda, el kirchnerismo no tiene una ideología. Tiene poder pero hay temas que no puede solucionar, como la corrupción, el desorden legal, una economía disparatada, un asistencialismo que negó las fuerzas de trabajo por más de doce años. El asistencialismo es un suicidio para el mercado del trabajo.

CAT: En cuanto a la aparición del narcotráfico como tema central de la política, ¿Usted cree que está sobrevalorado o que realmente estamos frente al problema de la década?

AP: Sí y ojalá sea una década. No queremos convertirnos en un país del narcotráfico como lo es México.

CAT: Acá el narcotráfico parece tener algunas características distintas a la de México y Colombia, ¿no?

AP: Lo que pasa es que acá ellos no necesitan de la violencia, porque no funciona el sistema de orden público. Entonces el narco actúa sin encontrar casi resistencias.

CAT: Fue un ejemplo para el mundo este tema en Brasil, pero acá no se dan esos términos.

AP: Y bueno, pero hay que darlos. El estado de derecho se defiende con el poder y el poder militar no tiene por qué estar excluido de este cuadro. Acá nos quedó la sensación después de los ‘70 de que, si se usa el poder, estamos en el gatillo fácil.

CAT: ¿Los tres principales candidatos están convencidos de esto o es relativo?

AP: Sí. Por lo menos Massa lo dijo con todas las palabras: que hay que combatir el narcotráfico con el ejército. Pero no es novedoso, porque la cobardía política es muy grande. La cobardía política fue ganando todos los espacios. Todo aquel que piensa lo contrario del gobierno es censurado. La palabra represión, por ejemplo, está condenada.

CAT: ¿Triunfó el pensamiento único? Éste es un fenómeno cultural…

AP: Es una batalla cultural, mejor dicho. La gente renunció al lenguaje -que es lo prioritario-, a la valentía, a la particularidad, a las diferencias y fue aceptando cualquier cosa, todo lo que venía.

CAT: ¿Esto hace que el PRO y el radicalismo terminen usando la misma semántica del gobierno a veces?

AP: Claro. La semántica actual nos explica cómo hemos renunciado a ese espíritu argentino de palabras fuertes, de palabras cruzadas, de oposiciones bien hechas. Las acciones se deben hacen con espíritu de creación y sin temores. Ya Menem, por ejemplo, hizo derogar el desacato. La Argentina inventa cosas que no puede digerir, es muy infante.

CAT: ¿No influye en esto un exceso de dependencia de la política de las encuestas y las mediciones?

AP: Y sí, porque al ocio o la incapacidad del pueblo argentino le siguen las encuestas. Un gran político no cree en las encuestas y en las estadísticas. Perón no veía si lo querían o no lo querían. Los grandes políticos crean las tendencias, no se dedican a seguir cada movimiento de la opinión pública.

CAT: ¿Cree que vamos a un liderazgo presidencial fuerte?

AP: Sí, en absoluto. A menos que sea muy tonto el que gobierne y no se dé cuenta de que debe ejercer el poder en serio. No hay ninguno de los tres que vaya a ser flojo.

CAT: ¿Cualquiera de los tres, entonces, va a concentrar el poder?

AP: Sí, porque las circunstancia exigen poder. Hay una clase juvenil sin trabajo, hay una clase obrera y muchos gremios que están parados y con suspensiones. La clase obrera está esperando qué es lo que pasa. Hay una clase trabajadora en negro que es insólitamente importante. Eso es gravísimo y hace necesario tener poder para convencer y dar confianza a la gente empezando a trabajar con criterios de organización.

CAT: ¿Scioli está en condiciones de concentrar poder?

AP: De concentrar poder, sin duda, porque es un hombre de carácter muy fuerte. La verdad es que Scioli eligió el camino de la absorción del kirchnerismo y lo fue creando como una carrera al revés de lo previsto. Está donde está porque triunfó con eso, se aguantó cosas muy feas. Tiene un carácter firme y tiene además un sentido de conducción importante en el peronismo. En cambio Macri se ha equivocado con Sanz, que hizo una campaña para entregar el radicalismo. El poder es donde tiene que prevalecer el presidente. Hace falta un partido extraordinario que tenga una base republicana.

CAT: ¿Y si hay ballotage, qué es probable? ¿Ve un escenario de alianzas que revolucionen la situación o no?

AP: Yo veo un rechazo al kirchnerismo y un gran apoyo del peronismo a Scioli. Yo creo que Scioli ha demostrado que está muy bien ubicado.

CAT: ¿Entonces, en el ballotage, él igual tendría diferencia a favor?

AP: Sí. Yo creo que, pese a que muchos están en contra, la imagen de Scioli todavía tiene prevalencia. La amenaza no sería Macri en ninguna de las dos instancias posibles. La única fuerza que encuentro agradable y coherente es la de Massa.

CAT: ¿El massismo puede subsistir, entonces, a un triunfo de Scioli?

AP: Yo creo que Massa sería el único que podría hacerle pasar un mal rato a Scioli. Porque el peronismo con Scioli tampoco está muy contento, sobre todo después de la aparición de la candidatura de Aníbal Fernández.

CAT: Es casi impensable un ballotage con Massa; es difícil que Macri no le saque a éste 5 o 6 puntos, ¿no?

AP: En el ballotage, Scioli no tendría problemas. Además, no se olvide de lo que le dije al principio. Hay un voto social ideológico de gente que si se equivoca no come. Esto condiciona mucho el voto y está muy mal la situación en Buenos Aires. Por eso le digo. Es realmente muy grave.

CAT: ¿Cree que el 2016 es un año de plena transición hacia un nuevo esquema o que va a ampliarse un shock y una transición más rápida?

AP: Sí, totalmente. La cosa es muy urgente y ya le vamos a encontrar un camino de salida como encontramos en 2002 inesperadamente. La Argentina es un país que quiere vivir. La fuerza no pasa por la política sino por el pueblo.

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