Por Guillermo Cherashny.-

Desde el lanzamiento de la fórmula Fernández-Fernández, el flamante candidato a presidente del PJ-Unidad Ciudadana tentó con varios cargos a su sucesor en la jefatura de gabinete Sergio Massa, que asumió en julio de 2008 hasta el mediados del 2009, cuando Francisco de Narváez venció al Frente para la Victoria, lo que provocó la salida Massa y su vuelta a la intendencia de Tigre. Pero la relación con Alberto Fernández siguió muy firme entre los dos, a tal punto que en el año 2013, cuando Massa abandono el FPV para enfrentar lo que en su momento se llamó «Cristina eterna», lo tuvo a Alberto Fernández a su lado, criticando muy fuerte a la ex presidente y nunca dejaron de hablar entre ellos. Aún hoy en día Alberto F lo llama permanentemente para que se sume a ese espacio con una PASO entre ellos o en el lugar en que se sienta más cómodo, pero el tigrense cree que Cristina puede también dejar la candidatura a vicepresidenta y así enfrentarse en las PASO con Alberto, entre dos fórmulas de las cuales no participe la ex presidente.

Desde la gobernación de Buenos Aires, María Eugenia Vidal está esperando si Macri abandona la carrera presidencial si los números no lo favorecen como hasta ahora o bien arreglar con Massa para que éste, en la fórmula a presidente por Alternativa Federal, lleve la boleta de gobernador a María Eugenia Vidal, donde estarían de acuerdo Juan Schiaretti y Miguel Pichetto, de forma de diferenciarse de Macri y de Fernández-Fernández, aunque más cercanos a Cambiemos en lo que sería una ampliación de ese sello sólo para la provincia de Buenos Aires. Para que ocurra esa posibilidad, la justicia debería declarar inconstitucional el decreto que firmó Macri hace un mes o que lo derogue, aunque es muy posible que Servini de Cubría lo declare nulo.

Así las cosas, la disyuntiva de Massa es cerrar con Fernández o con María Eugenia Vidal para la provincia de Buenos Aires y ser el candidato nacional de Alternativa Federal. Mucho tiempo no queda para las definiciones.

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