Por Guillermo Cherashny.-

Ayer analizamos la encuesta de ARESCO, de Julio y Federico Aurelio, que le da 10,2% de diferencia a Daniel Scioli, lo que significaría que el gobernador ganaría en primera vuelta. Pero obviamos decir que en la encuesta la consultora proyectó indecisos y descontó los votos en blanco, lo que demuestra que Scioli no subió pero tampoco bajó, lo cual es favorable para él, ya que las últimas semanas fueron las peores de su vida política. En cambio para Macri no es tan buena, ya que sin proyectar indecisos no retiene el 30,07% que tuvo CAMBIEMOS en las PASO, por lo cual hay que deducir que si Scioli no subió y Macri no contuvo todo el voto, Sergio Massa no sólo no habría bajado sino que hasta podría haber subido 2 puntos, como dicen González y Valladares. Según la opinión de otros analistas, Massa creció en imagen pero todavía no en votos. Suena poco creíble que Scioli bajara al 35% y Macri al 27,5%, pero podría estar en el 28%, lo que indicaría que todavía no se quedó con todo el voto de CAMBIEMOS. Y en la encuesta de los Aurelio, la suba de Stolbizer a 4,4% se entiende si unos cuantos votos radicales se le sumaron. Y que Adolfo Rodríguez Saá, del 2,1% suba a más del 3% podría ser una señal de que se le retacean puntos a Massa. La mayoría de los encuestadores dan más de 8 puntos de ventaja para Scioli pero asimismo mantienen que hay ballotage. En el Tigre sostienen que Massa vuelve a sufrir el bullying encuestológico, que ya padeció desde principios de año y fracasó en las PASO, donde la alianza UNA obtuvo el 20,6%. La incógnita es qué influencia tendrá sobre Scioli un eventual crecimiento de Massa. ¿Peligrarían entonces las chances de Scioli de ganar en la primera vuelta? ¿Corre riesgo Macri de quedarse afuera de los dos primeros lugares? Son incógnitas por ahora difíciles de dilucidar. Siempre según la visión massista, para el FPV el mejor adversario es Mauricio Macri, porque el tigrense, en caso de ballotage le podría ganar, en caso de que se divida el voto peronista. También desde la óptica crítica de los encuestadores que predomina en el massismo, los números que le dan a Macri entre el 30 y el 31% y lo ponen a Massa entre el 17 y el 18%, dejándolo lejos de entrar segundo, no se corresponden con la realidad. En fin, en el Tigre sostienen que los encuestadores contratados por el Estado nacional y la Ciudad dejan a Massa tercero es una maniobra fraudulenta, como el robo de boletas y las falsificaciones de telegramas.

Las réplicas del PRO

Obviamente, en la balanza también hay que pesar las opiniones del macrismo, que sigue considerando que la polarización irá acentuándose naturalmente en las próximas semanas, en la medida en que el líder del PRO se muestre como el jefe de la oposición y que se profundicen otros indicadores. A saber, desde el cristinismo se menciona con insistencia que José Manuel de la Sota terminará apoyando directa o indirectamente a Daniel Scioli, en el planteo de que hay que forjar una entente peronista para frenar las pretensiones de La Cámpora de continuar hegemonizando el poder. De avanzarse en esta dirección, Massa podría perder unos cuantos puntos de votos cordobeses, que son regenteados por el aparato delasotista.

Otro vector que siguen de cerca en CAMBIEMOS es la posibilidad de que Massa, en su nuevo diálogo con Macri por cuestiones comunes a la oposición, se desperfile y termine contribuyendo a consolidar a Macri en el segundo lugar.

En fin, el contrapunto entre macristas y massistas tiene matices de sobra y se está convirtiendo en una competencia eliminatoria, ya que sólo uno de los dos seguirá en pie luego del 25 de octubre, en caso de que haya ballotage. También puede ocurrir que la guerra de trincheras entre ambos opositores sea de tal intensidad que termine facilitando el triunfo de Scioli en primera vuelta.

Share