Por Carlos Tortora.-

El golpe de mano de Horacio Rodríguez Larreta al desdoblar la elección porteña es la jugada política más importante de los últimos tiempos. Tanto es así que está repercutiendo en el Frente de Todos. En los alrededores de Axel Kicillof volvió días pasados a comentarse la posibilidad de que Buenos Aires desenganche su fecha de elecciones de la nacional. ¿El motivo? Hay uno principal y es que es obvio el fracaso del kirchnerismo para contar con un candidato presidencial competitivo. Sergio Massa terminó de hundirse con el 7,7% de inflación de marzo; Daniel Scioli no cuenta con el aval del kirchnerismo y Alberto Fernández tiene números ínfimos, al igual que Wado de Pedro y Jorge Capitanich. En caso de desdoblar, Kicillof evitaría el arrastre negativo que significaría ir pegado a una boleta presidencial que tira para abajo.

El desdoblamiento bonaerense sería una señal de sálvese quien pueda por parte de Cristina Kirchner. De este modo, ella se resguardaría en su bastión bonaerense y abandonaría a su suerte al resto de los distritos. Aunque esto es relativo ya que la mayor parte de los gobernadores peronistas ya desdoblaron las fechas de elecciones locales. En realidad, todo el peronismo parece moverse en torno a la idea del sálvese quien pueda.

Como era de esperarse, también volvieron a aparecer las presiones para que, ante el actual vacío de presidenciables, Kicillof dé el paso al frente y deje de lado su reelección para pelear por la Casa Rosada. Cristina sería muy remisa a semejante jugada, ya que quienes podrían suceder a Kicillof en La Plata no cuentan con la confianza de la vicepresidenta, como son los casos de Martín Insaurralde y de Fernando Espinoza.

Los costos

De imponerse el desdoblamiento bonaerense, quien sea el candidato a presidente por el Frente de Todos iría a las urnas sin contar con la movilización efectiva del voto bonaerense, una debilidad que un candidato peronista no puede permitirse. Pero la última palabra sobre lo que ocurrirá la tiene CFK, que sigue manteniendo viva la agitación por su candidatura. Por otra parte, la idea de desdoblar en Buenos Aires tiene también enormes riesgos. El peronismo podría quedar tercero en la primera vuelta y pasar Javier Milei al ballotage con JxC. En ese caso, la conmoción que podría sacudir al peronismo sería tan grande que el kirchnerismo pasaría a ser mala palabra. La retirada a Buenos Aires sólo es políticamente sustentable entonces si el FdT consigue conservar la mayor parte de sus bancas. Lo contrario sería el fin de 20 años de hegemonía K.

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