Por Guillermo Cherashny.-

Sorprendió que ayer el matutino La Nación, que juega abiertamente para la candidatura presidencial de Mauricio Macri, en un apartado del discurso de la presidente en la ex ESMA, señaló que Nicky Caputo, el alter ego de Macri y su compañero de aula del Cardenal Newman, fue contratado por el gobierno nacional para que varias de sus empresas hicieran dos obras públicas en el denominado Museo de la Memoria -una de 16 millones y otra de 70 millones de pesos-, lo que denota complicidad de la supuesta derecha democrática con un gobierno como éste, que estigmatizó a las fuerzas armadas y de seguridad. Y así fue como un predio que era de la Ciudad fue cedido al cristinismo y se repartieron los negocios de la construcción de nuevos museos de la memoria y de Malvinas, lo que demostraría que Macri más que un opositor es un socio de Julio de Vido.

Mesa ratona

Ya señalamos en distintas ocasiones que el cristinismo y el macrismo tienen en común una mesa chica de negocios que controla a la estructura política. Esta mesa ratona en el PRO la integran en primera línea Macri, Caputo y Edgardo Cenzón, el ministro de ambiente y espacio publico, que es más importante que Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gabinete y candidato a jefe de gobierno. En efecto, Cenzón celebró el triunfo de Rodríguez Larreta el 26 de abril pasado en un gym con Macri y los lobbistas Beto Vilnovsky y José Gorosito, que le llevarían la recaudación negra de la basura al primero. En materia de educación, si bien el ministro es Esteban Bullrich, cuando hay un problema en un colegio de la ciudad interviene Cenzón, ocupándose de hacer pequeños ahorros mientras dispendia el gasto público en la recolección de basura y obras públicas sobrefacturadas. Por caso, en el colegio Rubén Darío EGB 1, en el distrito escolar 14, en el barrio de Chacarita, las madres de los alumnos descubrieron ratas y Cenzón, en vez de desratizar, mandó una insuficiente partida de cebo y le dijeron a los chicos que volvieran la semana que viene. Las madres, indignadas, piensan cortar las calles concentrándose en la puerta de la escuela el viernes próximo. Y lo peor es que el cebo lo aportó OSESA, una empresa fantasma que es de Cenzón y que se ocupa de lavar los «retornos». La firma es dirigida por Grisela Jans y Graciela Sainz, testaferras del ministro de espacio público, que tiene cientos de contratos de jardinería para plazas de la ciudad, con una sobrefacturación enorme que pagan los contribuyentes con los altos impuestos porteños. Las actividades de Cenzón son investigadas por el Frente Renovador de Sergio Massa y en caso de no prosperar las negociaciones para integrar una alianza opositora, saldrían a la luz en forma escandalosa.

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