Por Carlos Tórtora.-

Jaime Durán Barba suele tener una teoría adaptable a cada situación. La última señala que, si Juntos por el Cambio es derrotado en las PASO por varios puntos, el miedo se instalará fuerte en el electorado independiente y así el gobierno crecería lo suficiente como para imponerse en primera vuelta. ¿En qué hechos se basa esta teoría? Para empezar, en que, si bien Alberto Fernández está haciendo lo imposible para instalar un discurso centrista y pragmático, la sensación generalizada es que el poder de decisión pasa por el trío integrado por Máximo Kirchner, Andrés Larroque y Eduardo Wado de Pedro. Éstos, que le reportan a Cristina Kirchner, fueron los artífices del armado de listas de candidatos en Buenos Aires y Capital Federal, tema en el que Alberto F ni participó. Hasta el momento, el kirchnerismo ha logrado evitar que el conflicto latente entre el núcleo duro k y Alberto F sea visible. Pero sostener este andamiaje hasta octubre no será fácil.

Lo cierto es que, si las PASO muestran un escenario de paridad -menos de 5 puntos de diferencia- entre las dos fuerzas mayores, la primera vuelta puede tener características de ballotage. El gobierno ya sabe que tiene que absorber a los votantes de Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert, que en líneas generales votaron a Macri en el 2015. Más difíciles de captar, por su pertenencia al nacionalismo filoperonista, son los simpatizantes de Alejandro Biondini.

Por su parte, los Fernández sólo tienen un espacio que conquistar para la primera vuelta y es el peronismo no K. En este punto, el que puede jugar fuerte es Sergio Massa, de estrecha relación con Juan Manuel Urtubey. Roberto Lavagna parece no tener margen para una aproximación al Frente de Todos pero habrá que ver si en su entorno no hay corrimientos.

El voto dólar

La principal variable no política es el dólar, hoy en pleno retroceso. Y acá es donde aparece un importante dilema: si el gobierno mantiene el mercado cambiario controlado, el operativo miedo de Durán Barba carecería de su principal motor, que sería el alza de la divisa. Pero si el gobierno favoreciera una subida violenta del dólar, aumentaría no sólo el miedo al kirchnerismo sino que también se debilitaría el gobierno. En otras palabras, que el operativo miedo necesita de la inestabilidad cambiaria y ésta sin duda perjudica a la Casa Rosada. Cómo manejar esta espada de doble filo es un desafío mayor para Macri.

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