Por Carlos Tórtora.-

La UCR activó repentinamente la interna de Juntos por el Cambio y lo hizo junto con la elección de la nueva conducción nacional. Alfredo Cornejo, al reasumir la presidencia, dijo que el radicalismo «es el partido mejor vertebrado para liderar la coalición». El mismo Cornejo, seguido por Mario Negri, sostuvo que el proyecto de Ley de emergencia, para cuyo tratamiento la UCR se niega a dar quórum, «es un impuestazo que se aplica sobre sectores productivos, también para los ahorristas, como si eso fuera una mala palabra. Y paralelamente es un ajuste fiscal muy fuerte que lo paguen los jubilados».

El desafío radical tiene un destinatario: Mauricio Macri. Su vocera, la presidente del PRO Patricia Bullrich, salió a la palestra para aclarar que “no permitiremos este atropello”. Asimismo, el PRO pulseó con los radicales ayer a la tarde movilizando frente al Congreso contra las retenciones y la modificación de la fórmula de movilidad jubilatoria.

Así las cosas, Macri encuentra ahora un obstáculo más importante que Horacio Rodríguez Larreta en su camino para ser el jefe de la oposición. Con su despliegue territorial histórico en los 24 distritos, la UCR podría plantearle al macrismo una interna de resultado incierto para definir la conducción de la oposición.

Por otra parte, el duelo Macri vs. UCR, que acaba de empezar, seguramente polarizará las posturas de los bloques opositores en el Congreso.

Todo cambia

Con este panorama por delante, el más perdidoso sería el jefe de gobierno porteño, que tendría menos espacio para su política de oposición light. Macri y los radicales podrían entonces disputarse el rol más duro en la oposición a Alberto Fernández antes de que se cumpla un mes de que asumió el nuevo gobierno. Un sector perjudicado por este panorama es el de los gobernadores radicales, que vienen de suspender el pacto fiscal a pedido de Alberto y que les pidieron a sus diputados que dieran quórum para el tratamiento de la emergencia económica.

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