Por Carlos Tórtora.-

El gobierno se prepara para darle un trámite rápido en Diputados al proyecto de ley que enviará para suspender las PASO del año que viene. Confía en que la UCR terminará apoyando el proyecto, entusiasmada con la idea de que el control de la elección de los candidatos a cargos electivos vuelva a manos del partido.

Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires ya empezó a moverse el ambiente político en torno a la suspensión de las PASO provinciales, que tienen su propia ley. Axel Kicillof está dispuesto a acompañar la movida de la Casa Rosada, aunque La Cámpora no está del todo convencida, porque las primarias obligatorias le facilitan la presentación de listas alternativas en muchos municipios, como etapa intermedia para el 2023, cuando esperan desalojar del poder a numerosos intendentes peronistas. Lo cierto es que el PRO bonaerense no está convencido de la conveniencia de suspender las primarias sino que se inclina por su permanencia. Esta postura es decisiva, porque en el senado provincial el macrismo es mayoría y podría trabar definitivamente el proyecto de ley para la suspensión que estaría elaborándose.

Un panorama complicado

¿Podría haber entonces primarias en Buenos Aires aunque no las haya a nivel nacional? Técnicamente es posible pero en la práctica hay problemas graves. Al celebrarse conjuntamente con las PASO nacionales, las bonaerenses se realizan contando con la estructura de la justicia electoral nacional. Pero de tener que realizarlas sólo con los recursos provinciales, la escasa estructura de la junta electoral provincial colapsaría para llevar adelante -sin apoyo nacional- una elección en 36.000 mesas. En otras palabras, que la provincia sólo puede celebrar elecciones “enganchada” con las nacionales.

De concretarse la amenaza del PRO de bloquear en el senado la suspensión, Kicillof se encontraría ante un problema crítico.

La inminente crisis por las PASO se vincula además con la inminente aprobación por el Senado de la Nación del pliego del actual juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, para ocupar el juzgado federal con competencia electoral de La Plata, con jurisdicción en un padrón electoral que equivale al 40 por ciento del padrón nacional. Ramos Padilla es uno de los magistrados de mayor militancia K, lo que le daría a la Casa Rosada plenas garantías en los problemas electorales que se planteen en Buenos Aires. La aparición de este magistrado en el terreno político reforzaría la idea del PRO de trabar la suspensión de las PASO provinciales, para evitar que el kirchnerismo logre todos sus objetivos electorales.

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