Por Carlos Tórtora.-

Con su decisión de no acatar el fallo favorable a CABA por la coparticipación, el gobierno nacional no sólo desató una crisis institucional de proporciones sino que generó un fuerte efecto político. Ahora, por primera vez, Horacio Rodríguez Larreta se convierte en el jefe indiscutible de la oposición por la magnitud del conflicto desatado. El fallo de la Corte en sí representa una gran victoria para el jefe de gobierno porteño y opaca la figura de Mauricio Macri, que se ve ahora empujado hacia un renunciamiento del tipo del practicado por Cristina Kirchner.

Esta victoria de Larreta seguramente va a influir y mucho en la interna de Juntos por el Cambio, donde tomaría mayor preponderancia el eje de Larreta con Gerardo Morales. Está claro que la decisión de Alberto Fernández de no acatar el fallo le regala a Larreta un protagonismo político mucho mayor y la garantía de que por un buen rato será el opositor número uno del kirchnerismo.

Bullrich contra las cuerdas

La concentración de la oposición en la figura de Larreta viene a coincidir con otro éxito de éste; me refiero a la crisis que sufre la figura de su principal contendiente en el PRO, Patricia Bullrich. Ésta viene sobrellevando una fuerte erosión en las últimas semanas, desde que su ex mano derecha Gerardo Milman quedara comprometido primero con tener conocimiento previo sobre el atentado a Cristina Kirchner y luego resultara implicado en diversas maniobras fraudulentas que también rozan a su jefa. Además, Bullrich enfrenta dos nuevas denuncias penales sobre su gestión en Seguridad. Una es por la compra de equipos informáticos para seguridad de fronteras y la otra por la compra de cuatro lanchas patrulleras israelíes. Esta ola de denuncias arrincona a Bullrich y le resta capacidad para ir a las PASO; esto además del efecto favorable a Larreta que abre el fallo sobre la coparticipación.

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