Por Carlos Tórtora.-

Distintas usinas están instalando que Cristina Kirchner optaría por una complicada estrategia electoral. La misma consistiría en que se adelanten las elecciones provinciales en Buenos Aires pero que además se autorice excepcionalmente que esta provincia elija en la misma fecha anticipada los senadores nacionales que se renuevan el año que viene. De este modo, la vicepresidenta se aseguraría la banca de senadora y podría aspirar a la presidencia sin correr el riesgo de perder los fueros. Este esquema no puede ser más disparatado, porque el artículo 54 de la Constitución Nacional dice: “El Senado se compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la ciudad de Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta” (…). Es decir que la condición de conjunta de los senadores es condición insoslayable.

Que no se caiga Alberto

Lo cierto es que el destino político de la expresidenta está pasando a ser la clave del mapa político. Una alternativa que ésta descarta es la renuncia de Alberto Fernández y entonces asumir ella la presidencia. En esta hipótesis, no sólo debería hacerse cargo de un gobierno sumamente deteriorado sino que también resultaría escandaloso ser presidente interina y a la vez candidata a presidente. Este punto refuerza la postura de que ella, en realidad, debe evitar el derrumbe final del presidente y que se contentaría con mantenerlo a la defensiva, impidiéndole que intente concretar su sueño -cada vez más lejano- de alcanzar la reelección.

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