Por Carlos Tórtora.-

Tres situaciones se están produciendo en la conflictiva primaria de Juntos por el Cambio. Para empezar, con las nuevas declaraciones de Gerardo Morales y Facundo Manes criticando a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, naufragó la intención de este último de imponer un alto el fuego en la recalentada interna. Es obvio que Manes se salió de la cuestión bonaerense para plantarse como el crítico de los cuatro años de gobierno macrista. Este filón de votos lo lleva inevitablemente a profundizar el antagonismo ante un Diego Santilli, que no alcanza a reaccionar, porque sólo estaba preparado para hacer campaña hablando de vaguedades y sin confrontar demasiado con el kirchnerismo.

La segunda situación es que, a caballo de la dialéctica de Manes, la UCR se está plantando con un proyecto de poder propio por primera vez en los últimos 20 años. Apuntan los radicales a disputar la presidencia en el 2023, aprovechando que el PRO padece de carencias estratégicas. Macri ya no lidera como antes pero Larreta no alcanza a cubrir ese rol y todo está en discusión. Volviendo a la UCR, la interna ahora apenas disimulada del PRO estimula al centenario partido a redoblar los esfuerzos en Buenos Aires, sabiendo que en el interior el PRO no ha logrado echar raíces. Esta nueva realidad de la última quincena tomaría por sorpresa a Larreta, que avanzó sobre el control de la confección de las listas de candidatos pensando tal vez que con esto liquidaría definitivamente al macrismo, pero no visualizó que su pelea con Macri abría el espacio para el paso al frente radical.

El factor Macri

Otro factor gravitante que falta definir es qué hará Macri, que todavía sigue en Europa después de varias semanas. La pretensión de Larreta sería que su ex jefe opte por un perfil bajo de aquí a las PASO, dejando de ser un punto de referencia para el debate electoral. Pero la realidad -por obra y gracia de la justicia y del gobierno- puede deparar sorpresas. Operadores judiciales del gobierno están detrás de hacer explotar el Boliviagate a través de un llamado a prestar declaración indagatoria de Macri, que emitiría el juez Javier López Biscayart. Si el supuesto contrabando de material antitumultos durante la crisis interna boliviana del 2019 se ubica en el centro de la escena nacional, nadie podría evitar que Macri vuelva al protagonismo central, lo que le complicaría aún más al larretismo su manejo de la campaña.

Vidal en su laberinto

Con un diálogo con Ricardo López Murphy que prometería ser amable durante la campaña, María Eugenia Vidal se enfrenta al efecto de la postura de los halcones que revistan en su lista. Primero fueron los tuits de vieja data de Sabrina Ajmechet, octava en la lista para diputados nacionales, y luego las declaraciones acusadas de misóginas de Fernando Iglesias, cuarto en la lista, cuando atacó a Florencia Peña por su visita a Olivos. En ambos casos se trata de figuras que no cierran con el modelo de campaña lavada que pone en práctica Vidal y que ahora está amenazado por estos episodios. El acuerdo interno en el PRO para evitar una disputa interna está ahora teniendo su costo.

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