Por Guillermo Cherashny.-

La próxima discusión y votación por la ley del aborto con media sanción en la Cámara de Diputados va generando muchos conflictos en el interior de Cambiemos. En efecto, la más clara es de la vicepresidenta Gabriela Michetti, que se opone terminantemente por razones de religión y como una forma de ser nuevamente candidata a vicepresidente con Macri en el 2019. Ahí compite con Carolina Stanley o María Eugenia Vidal si las papas queman, quienes hace poco visitaron al Papa Francisco, que está en guerra con Macri por plantear la discusión del aborto y, según el sumo pontífice, por apurar su sanción por intermedio de Marcos Peña, a quien en Roma lo consideran un masón. Es más, dicen que el Papa vincula al presidente a la ndrangheta, la mafia calabresa que, a diferencia de las otras mafias, tiene un perfil de secta anti-católica. Lo único cierto de este rumor es que Franco Macri nació en Regio Calabria en el sur de Italia y siempre se consideró a los Macri a los negocios turbios de esa provincia italiana donde siempre hay escándalos con la obra pública.

Peña no se pronuncia pero la Iglesia le atribuye que impulsa cambios de votos del PRO a favor del aborto, como el último de Gladys González, que cambió hace unos días cuando antes defendía las dos vidas.

Ayer, la gobernadora Vidal se sacó una selfie con un joven con el pañuelo celeste y, por tanto, se sumó a las huestes de Michetti y supuestamente del presidente, que al principio dijo que estaba en contra pero abrió el debate, pero para los obispos está a favor y la difusión de peleas por el whatsapps de Cambiemos a favor y en contra agravaron la situación y, por si fuera poco, el presidente no asistió al tedeum del 9 de julio en Tucumán pero sí fue al desfile de carnaval, porque el militar no se pudo hacer por falta de fondos.

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