Por Guillermo Cherashny.-

A más de 50 días de la cuarentena obligatoria, los éxitos de la política sanitaria del gobierno son indubitables. Sin embargo, hay dos clases de críticas: 1) la del ala dura de Juntos por el Cambio, que no aceptan ningún acierto del gobierno y dicen que no se testea lo suficiente, que los test raídos en las estaciones de trenes no sirven, que destrozaron la economía y se quiere imponer una dictadura castro-chavista. En segundo lugar, la crítica proviene del liberalismo y entre ellos hay un sector que piensa que la cuarentena obligatoria es una limitación a la libertad y es lógico que piensen así, lo mismo su desacuerdo con la política económica y con la renegociación de la deuda. Pero en estos casos es para estos sectores una cuestión de principios y no buscan ninguna ventaja electoral y deben ser respetados. Por tanto, no pueden generar ningún enojo del gobierno, aunque los economistas del establishment desfilan por los programas de televisión, porque el gobierno no tiene alfiles para opinar con fundamento. Además, los liberales cuestionan al gobierno como al macrismo y seguramente se presentarán en las legislativas del 2012 y le restan votos a Juntos por el Cambio; lo mismo los que defienden las dos vidas, que también se presentarán en el 2021.

En cambio, el ala dura de Juntos por el Cambio, liderada por Patricia Bullrich y sus seguidores, Waldo Wolff y Fernando Iglesias, y los radicales duros, como el mendocino Luis Peltri, sólo buscan con su oportunismo conseguir votos, pero no merece la pena que el presidente se enoje diciendo «no me van a torcer el brazo», porque se agranda a esos sectores, porque de inmediato los periodistas deducen que se refirió a Macri, Marcos Peña, que hoy por hoy no tienen injerencia en Twitter, a diferencia de Patricia Bullrich, que sí tiene manejo de redes. En conclusión, el presidente debe seguir con exposiciones sobre los éxitos de la política sanitaria e ignorar la críticas del ala dura de Cambiemos y de los liberales, porque de ese modo los ignorados serán los enojados.

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