Por Carlos Tórtora.-

Entre los dichos rescatables de Cristina Kirchner en el programa «Duro de domar», está la afirmación de que estamos ante una elección presidencial con el voto dividido en tres tercios y que lo que más importa en esta situación no es el techo de votos sino el piso. La frase parece destinada a autoexaltarse, porque justamente lo que tiene la vicepresidenta es un piso alto pero un techo bajo. Lo que quiere decir esta afirmación es que, para llegar al ballotage, el FdT debe asegurarse el piso de ella, aunque ella no esté.

La expectativa gira ahora en torno a lo que dirá en el acto del próximo jueves en la Plaza de Mayo. Hay algunas cosas que se pueden dar por seguras. Por ejemplo, que ella está decidida a que el candidato del Fdt surja de su dedo y no del voto popular en las PASO. De no ser así, su liderazgo se estaría licuando.

Otro punto a considerar es si CFK cree que puede trasladarle sus votos a un candidato sin peso propio y con un conocimiento público limitado, como es, por ejemplo, Eduardo Wado de Pedro. En el 2019, Cristina le pudo transferir sus votos a Alberto Fernández pero fundamentalmente porque integraba la fórmula como vice. Ahora no es lo mismo y por lo tanto corren con ventaja dos candidatos con cierto volumen propio como son Sergio Massa y Daniel Scioli. El primero carga con la mochila de que puede llegarse este mes a una inflación de dos dígitos y esto deteriora al candidato más pintado. Scioli está más lejos del desgaste de Massa pero también tiene contras: ya perdió una elección presidencial y eso le resta fuerza. No hay duda de que Cristina prefiere a Massa, que ha pasado a ser su primer aliado en el peronismo. En caso de ser ungido el Ministro de Economía y de ganar Horacio Rodríguez Larreta la PASO de JxC, estaríamos ante un duelo entre dos dirigentes que le hablan prácticamente al mismo público moderado y centrista. Quedaría para Javier Milei el electorado más radicalizado.

La provincia

Otro tema no menor del juego que dirige Cristina es si Axel Kicillof desdobla la elección bonaerense, incógnita que continuaría varias semanas más.

Si Buenos Aires adelanta sus elecciones a gobernador y demás cargos provinciales, significaría que el kirchnerismo privilegia el asegurarse el bastión provincial por sobre la competencia presidencial. Es muy poco probable que la vicepresidenta toque este tema, que debe aparecer como una iniciativa del gobernador. Si hay desdoblamiento, se generaría una corrida de dirigentes K para refugiarse bajo el presupuesto bonaerense, ante la inminencia de perder las estructuras nacionales.

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