Por Guillermo Cherashny.-

Como señalamos en la nota de ayer, La Cámpora y los movimientos sociales cristinistas, a los que se sumaron los troskos del PO y el MST, volvieron a reunir más de 15.000 personas en Plaza de Mayo para reclamar por la libertad de Milagro Sala, detenida en Jujuy, donde le rechazaron el pedido de excarcelación.

En el palco que montaron, se subieron Agustín Rossi, Guillermo Moreno, Wado de Pedro, Larroque, D’Elía y muchos impresentables más, muchos de los cuales en la última elección no participaron o lo hicieron en listas sábanas pegadas a las presidenciales (porque en una legislativa la gente les daría la espalda por considerar que son los principales responsables del desastre que dejó el cristinismo en el país.)

La presencia de Guillermo Moreno con los dirigentes de La Cámpora -a los cuales califica como comunistas- muestra una verdadera bolsa de gatos, a la que se sumaron los troskos del PO, que hicieron una aceptable elección en octubre pasado, aunque menor a la que esperaban los mismos dirigentes del FIT.

La ex presidente, desde El Calafate, con su habitual cinismo, protestó por la detención de Milagro Sala y lanzó un mensaje a los dirigentes gremiales con sus habituales chicanas, diciendo que antes reclamaban por el impuesto a las ganancias y ahora piden mantener el empleo, por las declaraciones sensatas del sindicalista Omar Viviani, de los taxistas, quien dijo que esperaban un aumento del 35 o 40%, pero la realidad es que hay que cuidar el empleo.

Lo que cristina niega -y también Daniel Scioli- es que la pérdida de empleos privados es consecuencia directa de la política económica del cristinismo, ejecutada por Axel Kicillof, que tuvo la suerte (o la perversidad) de que el crack económico no le explotara en la cara. Y, si bien el nuevo gobierno salió del cepo sin que explotara la economía, con el tipo de cambio a $ 13,50, no alcanza para que liquide el campo y el costo laboral alto en dólares hace que las empresas privadas estén generando desempleo, porque la economía hace cuatro años que no crece y da la impresión de que en los primeros seis meses de este año seguirá igual. Hay una leve esperanza de que crezca el 1% el segundo semestre pero está claro que el gobierno no quiere un dólar más alto, porque tiene que negociar las paritarias con los gremios más importantes y por ese motivo no anunciaron la política monetaria y fiscal que complementa la salida del cepo, porque si no, en pocos meses habrá que modificar el tipo de cambio de nuevo.

Así las cosas, si dos veces por semana el cristinismo arma dos marchas a la Plaza de Mayo acompañado por los troskos, se estarán convirtiendo en una secta de impresentables que favorece la alta imagen positiva de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Sergio Massa, que se divierten con los discursos incendiarios que profieren desde el palco.

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