Por Sebastián Dumont.-

No sólo los dirigentes del peronismo tratan de despegarse del sello del Frente para la Victoria, sino que el líder del Frente Renovador ha empezado a marcar diferencias cada vez más notorias con el rumbo económico que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.

Sergio Massa observa y toma prudente distancia. Por ahora. Pero sin dudas, las últimas semanas han mostrado, por primera vez, una diferenciación importante entre quienes se mostraron como casi aliados en el mes de enero. No sucede lo mismo en la provincia de Buenos Aires. Y además, esta relación provoca internas dentro del mismo espacio de Cambiemos.

Desde aquella declaración donde Mauricio Macri lo trató de estar en “la cortita”, las cosas no son iguales con Sergio Massa. Aunque el diálogo no se haya cortado ni mucho menos. Con las recientes medidas y anuncios del gobierno, además del caso de los “Panama Papers”, tanto Massa como varios de los integrantes del Frente Renovador esbozaron críticas.

Sin dudas, la luna de miel se terminó, aunque el massismo conserva lugares clave tanto en lo nacional y sobre todo en la provincia de Buenos Aires, las tensiones parecen ir en aumento.

En una recorrida por el distrito de Chivilcoy, donde gobierna un intendente propio, y además es el pago de Florencio Randazzo ¿futuro aliado?, el líder del Frente Renovador se refirió a la difícil situación que atraviesa la economía: “Es muy importante que ayudemos al Gobierno, pero que lo ayudemos poniendo en la agenda los temas que realmente preocupan a la gente, como la mejora en salarios, la mejora en la emergencia en las jubilaciones, pero sobre todas las cosas con un programa de lucha contra la inflación, porque la inflación sigue comiéndose salarios y jubilaciones”.

En la Cámara de diputados y en senadores, los aportes del massismo aún han sido en línea con los deseos del gobierno nacional. Pero ahora viene la discusión del tope de ganancias y la cosa puede cambiar.

Además, para minar el vínculo político, se mezclan las propias internas de Cambiemos, donde hay actores que cuestionan el poder que se le dio a Massa desde el arranque, sin tener demasiado en claro cuál era la contraprestación. Eso agita la interna entre Vidal y Emilio Monzó. Sólo un ejemplo.

Además, fuentes del PRO aseguran que se ha dado un guiño para el armado de Juan Manuel Urtubey, con el que piensan equilibrar la balanza del poderío que pueda tener Massa. De todas maneras, el tigrense es uno de los políticos con mejor valoración. En ese camino logra algo muy importante para ganar la simpatía de la sociedad. Puede pararse en el lugar más cómodo. Acompañar al oficialismo cuando lo ametira y criticar cuando los temas son sensibles a las clases trabajadoras. Mientras tanto, Massa teje su futuro electoral. Para él, como para Macri, el 2017 será fundamental.

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