Por Guillermo Cherashny.-

Ya podemos decir que hay un escándalo en las campañas del PRO en el 2015 y en el 2017, en los dos casos a cargo de Edgardo Cenzón, ex ministro de espacio público de CABA con Macri como jefe de gobierno, quien era el recaudador del dinero negro de la obra pública en la Ciudad y luego pasó a ministro de obras públicas de la gobernadora Vidal durante 2016, cuando renunció sospechosamente sin motivos, pero ahora se puede deducir por qué fue.

En efecto, Edgardo Cenzón era el recaudador de las comisiones de la obra pública concedida por el macrismo que, si bien es mucho menor a la de los K, es un delito igual y es lavado de dinero para financiar campañas electorales por las constructoras beneficiadas, en la cual el presidente Macri tiene una larga experiencia junto a su padre como constructores de obra pública.

Sorprende que los grandes medios de comunicación no se ocupen de este grave delito, porque demuestra claramente que el PRO es el kirchnerismo con buenos modales, pero igual de corrupto, aportando dinero negro a nombre de personas reales que niegan que lo hicieron o que son pobres que no tenían medios de hacerlo.

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