Por Guillermo Cherashny.-

La casi segura candidatura de Roberto Lavagna le dio volumen al porcentaje que podría obtener Alternativa Federal, que ya tiene como candidatos a Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto, que acaba de inaugurar un local partidario en la Avenida Belgrano en la Capital Federal. El ex ministro de economía tiene reuniones todos los días y ya logró el apoyo de Marcelo Tinelli, Daniel Grinbank y Beatriz Sarlo, y se podría decir que todos los empresarios nacionales están decepcionados con Macri y su política económica, manejada por Marcos Peña y Jaime Durán Barba, ya que Nicolás Dujovne y Guido Sandleris no hacen nada sin consultarlo con Peña. En definitiva, primero hablan y negocian con Roberto Cardarelli, el hombre del FMI que les aconseja que dejen subir el dólar dentro de la banda de intervención. Pero como Durán Barba y Peña no quieren movimientos del dólar porque temen perder las elecciones presidenciales, la política económica referida al dólar pasa por el tamiz del jefe de gabinete y el gurú electoral. En cambio, tanto Lavagna como Massa, Urtubey y Pichetto dicen basta de ajuste y lo ponen al presidente Macri en el triste papel de pedirles privaciones a todos los sectores.

Si bien no hay encuestas confiables después del fiasco de Neuquén, está claro que, con la inclusión de Lavagna en la carrera presidencial y el apoyo de figuras de la sociedad civil, se puede decir que Alternativa Federal está entre el 23% y el 28%, lo cual lo pone cerca de los dos lados de la grieta.

Lavagna tiene dos problemas, ya que Massa y Urtubey siguen insistiendo en una competencia en las PASO de agosto, cuestión sobre la que el ex ministro no quiere saber nada, y convertirse en el candidato del consenso, por lo cual habrá que esperar por lo menos hasta fin de abril para saber si logra que los otros candidatos se bajen para sumar a los socialistas y fundamentalmente a los radicales que están en rebeldía contra la candidatura de Macri porque está muy bajo en las encuestas o bien aunque no les queda otra que presionar para reclamar la vicepresidencia o más lugares en las listas o más ministerios si hay reelección y si no amenazan con saltar al lado de Lavagna.

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