Por Carlos Tórtora.-

Sin duda que, por lo menos hasta ahora, el gran perdedor de las PASO es Roberto Lavagna, a quien las últimas encuestas lo ubican en torno a los 5 puntos y por debajo de José Luis Espert. El ex ministro de economía de Néstor Kirchner no soportó la presión de la grieta y una parte de sus votantes se habrían pasado al macrismo de la mano de Miguel Ángel Pichetto y su peronismo oficialista. Pero las desventuras de Lavagna no terminaron allí. En medio de una gran turbulencia, Lavagna prácticamente se enfrentó con Luis Barrionuevo en la disputa por las candidaturas de Capital. El gastronómico avaló entonces la lista alternativa que lleva a Julio Bárbaro y Carlos Campolongo como primeros candidatos a senador y diputado nacional por la Capital. La discusión judicial sobre esta lista no está todavía zanjada, porque Lavagna se niega a darle su boleta presidencial a Campolongo. Con su frente interno, aquél se encontró también con que su aliado Miguel Lifschitz perdió la gobernación santafesina contra Omar Perotti y se desinfló así el distrito más importante que controlaba.

El destino del peronismo federal

Esta situación hace que la subsistencia de un peronismo sin Macri ni Cristina pase por Juan Manuel Urtubey, que lleva adelante una estrategia de mediano plazo. El otro fragmento de Alternativa Federal, Sergio Massa, se propone subsistir dentro del espacio kirchnerista como una expresión autónoma. Un triunfo de Macri haría que muchos de los seguidores que todavía tienen Massa y Lavagna encuentren su espacio en las filas del pichettismo. Por el contrario, de ganar Alberto Fernández, habría lugar para una remake del peronismo federal.

Share