Por Carlos Tórtora.-

El arrollador triunfo de Jair Bolsonaro en la primera vuelta de las presidenciales brasileñas tuvo una fría recepción en la política local. El gobierno se vio objetivamente beneficiado por el resultado: es que un triunfo del PT habría precipitado una ola regional y en particular un mayor empuje del cristinismo. Pero el macrismo no piensa en abandonar su línea new age destinada a captar público progresista e independiente. En cuanto al peronismo anti K, su preocupación por hacerse fuerte desde una posición centrista hace que la predica de Bolsonaro sea poco imitable. En cuanto a la izquierda, empezando por el kirchnerismo, está eligiendo al casi seguro presidente de Brasil como el nuevo demonio de la política latinoamericana.

Sin embargo y pese a la frialdad reinante, están dando vuelta distintos proyectos para construir un Bolsonaro argentino. La ministro de seguridad Patricia Bullrich no les ocultaría a sus íntimos su intención de levantar aún más su perfil sobre la base de practicar la mano dura para captar a la clase media que está pidiendo una política de seguridad con tolerancia 0. Como es fácil deducir, Bullrich le apunta a la vicepresidencia, para la cual se anota la ministro de desarrollo social Carolina Stanley y es mencionada también María Eugenia Vidal, que niega todo interés en el tema. Es probable que el gobierno se reserve hasta último momento la carta de apelar a la mano dura.

Los más perfilados

El que sí se declara seguidor de Bolsonaro y se identifica con su ideario es el diputado salteño (de Salta Somos Todos) Alfredo Olmedo, que acaba de viajar a Brasil para hablar con el triunfador de la primera vuelta. El 17 de abril pasado, la sesión especial en la Cámara de Diputados para tratar los múltiples proyectos contra los aumentos tarifarios fracasó por falta de quórum por un voto y los legisladores opositores responsabilizaron a un hombre: el siempre polémico Olmedo.

El diputado del bloque Salta Somos Todos se encontraba presente en su banca a 10 minutos de las 12, cuando faltaba apenas un diputado para llegar a los 129 necesarios para dar el debate.

«Ya se ha pasado el tiempo, yo estoy desde las 11 acá. Ustedes llamaron a una sesión en la cual estoy totalmente de acuerdo con lo que quieren plantear, por eso vine, lamentablemente no nos da el quórum. Una vez más la política fracasa en nuestro país, una vez más no se le da respuesta a la gente. Estoy de acuerdo con el esfuerzo que se hizo desde distintos partidos, yo estoy presente como siempre, pero falta uno para sesionar», afirmó el salteño con su característica campera amarilla.

Controvertido como pocos, Olmedo buscaría ahora construir un espacio nacional a la derecha del PRO, aunque está también otra versión que lo da yendo por la gobernación de Salta.

Por último, en las últimas semanas habrían sido varios los grupos políticos que se entrevistaron con Aldo Rico para proponerle que asuma la conducción de una derecha nacionalista con inserción en el peronismo. El ex jefe de los carapintadas en general se mostró renuente por motivos de salud, aunque algunos afirman que no terminó de cerrar la puerta. Si de pergaminos se trata, Rico reúne las condiciones para intentar seguir la senda de Bolsonaro.

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