Por Guillermo Cherashny.-

Parecería que Roberto Lavagna piensa seriamente en ser candidato presidencial por una amplia coalición de peronistas, radicales y socialistas y, si bien su candidatura fue lanzada inicialmente por Luis Barrionuevo y los gordos de la CGT, inmediatamente Eduardo Duhalde tomó la posta. El ex ministro de economía, junto a su hijo Marco, integra el Frente Renovador que lidera Sergio Massa, quien se sumó a Alternativa Federal, que tiene también como candidato presidencial al salteño juan Manuel Urtubey, y entre los dos miden el 20% del electorado. Sin embargo, Sergio Uñac, el gobernador de San Juan, quien nunca asistió a las reuniones de Alternativa Federal, arregló su reelección con Gioja, el presidente del PJ y, alineado con Cristina, lo convocó a la Fiesta del Sol en su provincia, a donde concurrieron varios gobernadores, intendentes del conurbano alineados con Unión Ciudadana y Agustín Rossi, precandidato de ese sector, al igual que referentes del massismo y Juan Manuel Urtubey.

Hoy por hoy, Cristina es la que lidera las encuestas con un 28/30% a nivel nacional y mejoró algunos puntos en el verano por la decepción que genera Macri pero tiene una barrera infranqueable en el interior de la provincia de Buenos Aires, en toda la provincia de Córdoba y lo mismo en Mendoza, que le pone un límite en una eventual segunda vuelta. Pero como están las cosas, el triunfo en el ballotage es una moneda al aire y nadie pude descartar un triunfo de Cristina, aunque Macri está en el peor momento de su gestión, aunque estuvo muy mal en octubre en el comienzo del plan Sandleris la ocasional calma cambiaria le dio un respiro pero, como esa «estabilidad» es a cambio de altas tasas de interés, la recesión que empezó en abril todavía no tocó piso y lo mismo la inflación, que promediará el 3% mensual hasta junio inclusive. Pero el cierre de negocios, quiebra de las pymes y la fuerte caída del consumo son deteriorantes para Macri casi al nivel de una incertidumbre que se producirá al iniciarse el mes de junio. Sin embargo, Cristina podría ser candidata como le exigen sus seguidores, aun con pocas chances de ganar un ballotage, porque su candidatura haría temblar a los mercados y generar una dolarización general que motivaría una caída adicional en las chances de Macri. Pero una situación económica muy grave no le garantiza el triunfo porque, en caso de ganar, lo puede hacer en medio de una corrida cambiaria y bancaria, como sostiene Javier Milei, y asumiría en medio de una fenomenal caída de la demanda de dinero y sin ningún organismo internacional ni mercados voluntarios que le presten dólares y lo que llevaría a una crisis y default. Ante ese panorama, Roberto Lavagna primero necesitará que Massa y Urtubey bajen sus candidaturas y eso no ocurrirá hasta el 19 de marzo, cuando se tendrán los resultados de una encuesta nacional de 3.000 casos que demuestran que el economista es el mejor candidato y, si esa situación se cristaliza, luego tendrá que pensar si se lanza, aunque los números le sonrían, aunque seguro estará por debajo de la candidatura de Cristina y ahí deberá considerar si sigue con su candidatura a presidente.

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