Por Guillermo Cherashny.-

Hasta ahora los gobernadores que resultaron electos por el Frente para la Victoria fueron fundamentales con Sergio Massa para el arreglo con los holdous y para aprobar en presupuesto de este año 2017. Es más, tomaron distancia de Sergio Massa y el bloque justicialista por el reclamo del aumento del mínimo del impuesto a las ganancias y en estos días apoyan al gobierno en no convocar a la paritaria nacional docente. También agradecen al gobierno que les permita endeudarse en dólares -cosa que no podían hacer con cristina- y como ejemplo está la provincia de La Rioja, que tomó 200 millones dólares a casi el 10%, y otras provincias el 9%, como Salta, o más del 8% otras.

Este pan para hoy y hambre para mañana forma parte de la irresponsabilidad del gobierno de Macri, porque todos los analistas señalan como imposible que las provincias paguen esos préstamos a esas tasas; pero lo mismo vale para el gobierno nacional o la provincia de Buenos Aires.

Pese a todos estos beneficios que obtienen del gobierno federal, los gobernadores se dan cuenta de que las promesas de obras públicas concretas son para las 5 provincias gobernadas por los aliados del gobierno y ya Rogelio Frigerio, el ministro del interior, está perdiendo credibilidad, ya que no cumple con lo que promete porque hacienda no le libera los fondos.

Otra decepción es la caída del fondo sojero porque el gobierno demora los pagos y los exportadores demoran las liquidaciones de exportaciones, por lo cual, una vez que el gobierno resuelva la crisis con los docentes, los gobernadores empezarán a exigirle más fondos, que Macri no está dispuesto a entregar. Por lo cual, salvo Juan Manuel Urutubey, que maneja una provincia ordenada y seguirá firme junto a Macri, los demás ya se están quejando en privado y pronto lo harán a los gritos.

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