Por Sebastián Dumont.-

En el 2013, Sergio Massa construyó el Frente Renovador con la impronta de un grupo de intendentes que había nacido tiempo atrás en lo que se conoció como el Grupo de los 8. Ganó las elecciones y luego las peleas de cartel llevaron a que, poco a poco, muchos de ellos tomaran otros rumbos. Hoy los intendentes del conurbano quieren ser los que encabecen el proceso de reconstrucción del peronismo después de perder el gobierno nacional y provincial. La reunión del último martes, fue otra muestra más que el camino de la unidad será bastante más arduo de lo que se pensaba. Mientras no se resuelva el factor Cristina Kirchner, será difícil que eso suceda. Las consecuencias de estas peleas, podrían derivar en incorporaciones para el lado de Randazzo, e incluso de Sergio Massa, con quien hablan la mayoría de ellos.

La indefinición de CFK está generando serios problemas en el peronismo. Lo sucedido con el plantón de los intendentes al acto de Máximo Kirchner y el frente para la Victoria, es una muestra de la necesidad que tienen los alcaldes de saber que hará la ex presidente. Ella no tiene apuro. El problema son las encuestas. CFK mide en muchos distritos, pero si eso implica traer consigo a La Cámpora, pero sobre todo a los “impresentables” de D’Elía, Sabbatella o Boudou, el precio es muy alto. Así razonan muchos de los nuevos alcaldes, que justo es decirlo, tampoco vienen de un repollo. Se sentaban a aplaudir todo aquello hasta el 10 de diciembre. Hay algunas excepciones. Una de ellas es Gustavo Menéndez, alcalde de Merlo, quien se pasó casi toda la década K enfrentándolos. No mucho más.

En medio de esto, Florencio Randazzo aceleró y salió a mostrarse de la mano de Gabriel Katopodis, en San Martín con el padre Pepe. Por ahora lo acompañan pocos jefes comunales. Cree que va a sumar algunas más. Sobre todo si CFK no juega. Por ahora recibe lo que Massa expulsa. La mano del gobierno está detrás de ello. Como en el caso de Daer, quien mantiene un excelente vínculo con Mauricio Macri. Por eso, la lista de Randazzo es plasmar el objetivo primario de Cambiemos cuando llegó al poder: que haya tres peronismos en las elecciones de este año. De a poco, lo va logrando.

Claro que el gobierno no está solo en esta idea. Tiene apoyo mediático que busca, sobre todo, terminar de una vez con Cristina Kirchner.

En tanto, Sergio Massa, que recibe “bulliyng” por cada dirigente que se aleja, medido con varas distintas si sucede en otros espacios, maneja otros números de los que se publican a diario. Sostiene su acuerdo con Stolbizer y no descartan sumar intendentes de la primera sección electoral y hasta del interior. Pero no es hoy la prioridad. El tigrense, más que nadie, sabe los pro y los contra de tener a los jefes comunales en su espacio político.

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