Por Carlos Tórtora.-

La magnitud del triunfo kirchnerista destruyó los análisis previsibles y obliga a repensar la realidad con otros parámetros. Así es que aparecen una serie de conclusiones e interrogantes:

1) No habrá en principio una oposición fuerte.

En minoría en las dos cámaras del Congreso y perdiendo el control de la provincia de Buenos Aires, parece más destinado a ocuparse de su crisis interna que de balancear el nuevo poder peronista. En cuanto a la UCR, también está destinada a su debate interno en torno a su rol en Juntos por el Cambio. Esta debilidad puede hacer que renazcan las tendencias hegemónicas del kirchnerismo.

2) La gobernabilidad depende también de Alberto F.

Aunque el gobierno niega la realidad de la transición, a partir de ahora lo que diga Alberto F y su entorno gravitará en la conducta de los factores de poder.

3) ¿Qué estrategia electoral le queda al gobierno?

Al gobierno le queda, como una alternativa difícil, apostar todo a bajar la diferencia de 15 puntos a menos de 10 para llegar a un ballotage que le devuelva esperanzas. Paradójicamente, este difícil movimiento podría consumarse a costa de un tembladeral económico y de que la sociedad le adjudique el mismo a la proximidad de los Fernández al poder.

4) La UCR puede alejarse del gobierno.

Cumplida la primera vuelta y obtenidas las bancas, la UCR podría entrar en una crisis interna entre los partidarios de continuar junto al PRO y los que, como Ricardo Alfonsín y Federico Storani, apuntan a una salida de la coalición de gobierno.

5) Lavagna corre el riesgo de licuarse.

Con sus 9 puntos, el ex ministro de economía corre el riesgo de que la mayor parte de sus votantes peronistas lo abandonen para subirse al carro triunfal de Alberto F. Lo contrario, un acuerdo entre ambos, significaría para Lavagna renunciar a su principal bandera, la despolarización.

6) En la Corte, el nexo es Maqueda.

El encumbramiento de Alberto F implica que su amigo personal, el cordobés Juan Carlos Maqueda, se convertiría en el nexo natural con el Ejecutivo.

7) El peligro del revanchismo.

La estrategia electoral del kirchnerismo operó dejando en un segundo plano a las figuras más cuestionadas y también a las de mayor carga ideológica, pero nada impide que una vez asegurado el triunfo no se precipite una ola revanchista sobre funcionarios judiciales, periodistas y políticos que se destacaron por sus denuncias contra el kirchnerismo.

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