Por Guillermo Cherashny.-

El gobierno tomó una decisión desde que estalló el escándalo del vacunatorio VIP y es conseguir las mayor cantidad de vacunas posible, no sólo de la Sputnik y la de Oxford Astrazeneca sino de todas las que se pueda.

Después de la marcha del sábado pasado, donde el sector de «los halcones» del PRO, liderados por Patricia Bullrich, Hernán Lombardi, Waldo Wolff y Fernando Iglesias -entre otros-, que apañaron la colocación de las bolsas mortuorias en las rejas de la Plaza de Mayo, se decidió no dialogar más con la oposición, porque los duros dominan Juntos por el Cambio.

El discurso del presidente fue una concesión verbal a Cristina, con sus ataques a la justicia, y decimos verbal, porque después de la condena de los Báez, es muy poco lo que puede hacer jurídicamente en favor de su vicepresidenta. Ahora la coalición gobernante sabe que tendrá que soportar el asedio de los medios y que la críticas irán mermando en la medida que lleguen millones de vacunas, y la primera etapa son las más de 7 millones de vacunas para la sectores de riesgo, es decir, los mayores de 60 años, el personal de salud y de seguridad, y ahí se retomará la ofensiva. De ahí la frase que se repite en la Casa Rosada: «Los taparemos de vacunas».

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