La agrupación macrista La Solano Lima salió al cruce de los cuestionamientos al PRO por su ajustado triunfo del domingo, en un documento titulado “¿QUÉ PASÓ EN EL BALOTAJE PORTEÑO?”, firmado por Chavo Ramello y Demián Abbott. Éste es el texto completo:

“El PRO es mayoría en la Ciudad con el 52% de votos propios. Por primera vez ganó un balotaje sin votos prestados. En anteriores oportunidades Mauricio Macri le había ganado a Filmus en dos oportunidades capitalizando el fuerte repudio de los porteños al kirchnerismo. En 2011 obtuvo el 64% de los votos. Esta vez Horacio Rodríguez Larreta tuvo que competir solo en representación del PRO con Lousteau, el candidato del resto del mundo: de la UCR, la Coalición Cívica, el Partido Socialista, el Frente para la Victoria, el Frente Renovador, la izquierda, etcétera. Es decir, que el PRO les ganó a todos los candidatos a la presidencia juntos. Pero los medios callan…

En la primera vuelta, el 55% del electorado porteño votó opciones adversarias del PRO. A pesar de los 20 puntos de ventaja que le sacó Horacio a Lousteau (45 a 25) quedaron creadas las condiciones para que Lousteau capitalizara el 23% del voto kirchnerista para acortar distancias y aguarle el seguro triunfo de Horacio. Durante las dos semanas de campaña previas al balotaje, se plantearon expectativas desmesuradas. Y eso fue lo que ocurrió, encuestas equivocadas mediante. Entonces cuando Horacio les ganó a todos unidos y en fila, la oposición completa salió a vender que fue un triunfo famélico, pero en realidad ocurrió lo que nosotros decimos: por primera vez el PRO ganó con un caudal genuino que le pertenece por gestión y convicción.

¿Fue realmente un triunfo famélico? Los opositores muestran 3 puntos de diferencia, pero ocultan el contexto global del triunfo de Horacio. Ocultan la composición del voto de Lousteau: casi la mitad es kirchnerista. Por eso Lousteau representa una invención mediática antes que un nuevo fenómeno electoral. En pocos días, ese electorado retornará a su cauce originario y “el joven brillante” -según La Nación- deberá a comenzar a remar de nuevo desde el 25% que sacó en primera vuelta. ¿O alguien cree que los kirchneristas se quedarán en ECO? Lo mismo para los votantes de la izquierda.

Frente a este panorama político, la candidatura presidencial de Mauricio enfrenta un desafío fenomenal. Con operaciones de prensa cruzadas y a granel, con el círculo rojo volcado de lleno a Scioli y a Massa, habrá que ponerle bastante tiza al taco. El mensaje neodesarrollista pronunciado luego del triunfo de Horacio, puso en estado de alerta y movilización al kirchnerismo, que salió con los tapones de punta a señalar supuestas contradicciones de su emisor. ¿Qué ocurrió? Nunca el relato oficial aceptará que Mauricio sea un dirigente moderno y realista, alejado de las miradas ideológicas cavernarias. El kirchnerismo populista sólo concibe a Mauricio por derecha y en nombre de los años 90. Como ellos lo han conceptualizado falazmente. En cuanto aparecen de parte de Mauricio soluciones sociales y reconocimientos de algunos aciertos del actual gobierno, la jauría rabiosa sale al cruce con toda la violencia verbal que la caracteriza.

Reconocer que YPF puede estar al servicio de la -por ahora- ausente soberanía energética, que la Asignación Universal por Hijo debe ser universal y no solo de nombre, que Aerolíneas Argentinas debe ser gestionada con transparencia y eficiencia, son motivos suficientes para el ataque artero y cobarde usando mentiras y falsedades como siempre han hecho los kirchneristas desde 2003 a la fecha. Hablarles de gobernar con transparencia a los kirchneristas es como mostrarle un crucifijo al diablo.

Estamos en marcha hacia las PASO. La República avanzó con el triunfo de Horacio, mal que les pese a los operadores mediáticos del círculo rojo que siguen aferrados a la maldita costumbre de usar al país para negocios privados. Allá ellos. Confiamos como siempre en la ciudadanía que en libertad tendrá que consolidar el liderazgo de Mauricio con su voto y participación. Nadie nos regalará absolutamente nada. La batalla cultural librada por el kirchnerismo ha conseguido grandes aliados en la clase media consumista y progre de los grandes centro urbanos, incluida la Capital Federal. La coalición Cambiemos también debe dar muestras de madurez política y abandonar la estupidez ideológica que busca imponer el kirchnerismo. No permitamos que la definición de nuestra identidad la hagan los delincuentes que se han apropiado del Estado. El PRO es un partido democrático y federal consustanciado con la defensa de la Constitución y las leyes, que gobierna la Ciudad con vocación y convicción republicanas. Nos quieren calzar el mote “conservador” para la algarabía del medio pelo y la tilinguería cómplice de cuanto populismo aparece de vez en vez a saquear la patria en nombre de una épica de jardín de infantes. Se equivocan una vez más. El PRO sigue la huella abierta por Frondizi y Frigerio. De la Ucedé neoliberal, de la derecha conservadora, provienen Massa, Boudou y Echegaray. Y en cuanto a los ataques de Scioli, ¿para qué abundar en detalles? Poco y nada podemos debatir con quien cree que ser moderado es ser felpudo.

Estamos en marcha hacia las PASO. No nos van a parar.

Chavo Ramello y Demián Abbott

La Solano Lima

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