Por Carlos Tórtora.-

En el umbral del 2019, dos economistas son las incógnitas electorales más importantes del 2019 y representan un desafío para Mauricio Macri y Cristina Kirchner respectivamente. Martín Lousteau y Roberto Lavagna parecen haber asumido con decisión el rol de retadores. El primero deja correr la versión de que podría presentarse para competir con Macri en las primarias de Cambiemos. Al radicalismo le viene como anillo al dedo este juego, porque le permite negociar en mejores condiciones su participación en el reparto del poder. Una primaria real del oficialismo movilizaría una gran cantidad de votantes y potenciaría al ganador. Pero si algo está claro en el PRO es que Macri no es afecto a la democracia interna y basta con recordar su disgusto con Gabriela Michetti cuando ésta rechazó la lista única y quiso enfrentar a Horacio Rodríguez Larreta. Por su parte, Lousteau tendría en claro que sería muy improbable ganarle a Macri pero podría servirle para quedar posicionado como el mejor presidenciable del oficialismo para el 2023. Esta sola idea hace que todo el aparato del macrismo trabaje para evitarla y construir por el contrario una sucesión de Macri que pase por María Eugenia Vidal y Larreta.

Por su parte, Lavagna asoma como un candidato de síntesis potencialmente capa de captar votantes kirchneristas y de la vereda opuesta. Para Cristina Kirchner, el hecho de haber sido aquél el pivote económico del gobierno de Néstor Kirchner representa un serio problema. Pero el perfil moderado y afín a la UCR de Lavagna también inquieta a su amigo Sergio Massa y a Juan Manuel Urtubey. Alternativa Federal se moldeó con estas dos figuras como ejes y Lavagna, en el caso de avanzar, captaría a simpatizantes de ambos.

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