Por Carlos Tórtora.-

La actividad política quedó virtualmente paralizada por la ausencia de dos datos fundamentales: cómo será el acuerdo con el FMI y qué plan de ajuste aplicará Mauricio Macri luego de que anteayer se esforzara por dar señales difusas en su conferencia de prensa. La extremada parquedad de la dirigencia peronista -que le vino muy bien al macrismo para no quedar acorralado luego del cimbronazo cambiario- tiene su explicación. Macri está transitando en las mediciones un camino que lo expone a una crisis de gobernabilidad. Según regulan los encuestadores, un jefe de estado que orilla el 25 por ciento de aprobación empieza a tener problemas de gobernabilidad. Aparentemente, el presidente estaría a menos de 5 puntos de alcanzar este porcentaje. Si esta tendencia se profundiza, Macri quedaría expuesto a necesitar el aval peronista para poder continuar su gestión en condiciones de normalidad. En este contexto, en el mosaico peronista la crisis actual impacta de distintos a sus cabezas. Si se maneja con prudencia, Cristina Kirchner tiene un espacio para mejorar su posicionamiento en la centroizquierda, reivindicando que fue su marido el que consiguió sacarse al FMI de encima, mediante el pago de las deudas. La imperiosa necesidad del gobierno de mostrarle al FMI una oposición amable y negociadora revaloriza también a Miguel Ángel Pichetto, por cuyo despacho pasan los principales canales de negociación entre la Casa Rosada y el PJ. De más está decir que también Sergio Massa, como articulador de múltiples acuerdos que le permiten subsistir a su línea interna, también está en una posición ventajosa.

Entre los perdedores de esta crisis hay que contar a Luis Barrionuevo. Su ambicioso plan para intervenir múltiples distritos del PJ se vería frustrado por la necesidad del gobierno de mantener calmos a los gobernadores, o sea no molestarlos con cuestiones sensibles como son sus manejos partidarios.

Tampoco la crisis favorece a Hugo Moyano, ya que el gobierno para distraer a la opinión pública de la gravedad de la situación, recurriría a impulsar las investigaciones judiciales en su contra. Por ejemplo, el juez federal de Córdoba Alejandro Sánchez Freytes lo citó a indagatoria para el próximo 31 de mayo. El líder camionero fue imputado por lavado de dinero y defraudación en una causa que investiga un negociado con la compra de propiedades en La Falda.

Sostener al más débil

No es menos cierto que en la especulación común a toda la dirigencia peronista existe el factor que mencionamos en primer lugar. Macri puede convertirse en un presidencial inviable, es decir, un candidato poco competitivo para imponerse en un ballotage. De ser así, se convertiría en un candidato débil al que la oposición debe cuidar pensando en la alternancia. Por el contrario, una situación de ingobernabilidad en los próximos meses, podría obligar a que Macri decline su candidatura para abrirle el camino a María Eugenia Vidal como su sucesora. Definitivamente, a todos los sectores del PJ les conviene cada vez más que Macri sea candidato y que la gobernadora se quede en el cargo que está, peleando una reelección que le resultará más difícil que lo esperado.

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