Por Guillermo Cherashny.-

El presidente Mauricio Macri se parece mucho a esos directores técnicos que pierden varios partidos seguidos y los periodistas lanzan versiones sobre su alejamiento y que se reproducen cada fin de semana con cada derrota; entonces la directiva del club de fútbol debe ratificar todos los domingos. En el plano político, a Macri le pasa los mismo desde diciembre del 2017, apenas 40 días de ganar cómodamente las elecciones de medio término, tropezó con la reforma previsional que provocó incidentes en la calle y de ahí en más su imagen no dejó de caer. Esto se agravó considerablemente con las sucesivas devaluaciones que arrancaron a fines de abril y que sólo se interrumpieron a fin de año y el mes de enero, con la precaria estabilización del dólar. Pero todo terminó el 14 de febrero, cuando se conoció el índice de inflación de enero, que dio el 2,8% y que generó la suba del dólar a $ 44,90 después de conocerse el índice de febrero, que fue del 3,8% y produjo una incertidumbre económica sumada a la proximidad de las elecciones, a la caída de la intención de voto del presidente. Entonces le pasó lo que le ocurre a los técnicos de fútbol que pierden varios partidos seguidos y así fue que se empezó a hablar del plan B, o sea la candidatura presidencial de la gobernadora María Eugenia Vidal, que se suceden día a día de hace un mes y medio, que todos los días Marcos Peña o algún ministro salen desmentir que el único candidato a la reelección es el presidente Macri. Fuentes seguras nos afirman que las versiones son ciertas y en la Casa Rosada el presidente piensa en bajarse y que el candidato sería Horacio Rodríguez Larreta, el preferido del círculo rojo y Vidal quedaría firme como candidata a gobernadora. En tanto el presidente, que sabe que si pierde tiene serias posibilidades de ser encarcelado por las numerosas causas de corrupción que tiene abiertas, imitaría al ex presidente y buscaría una banca de senador nacional por la Capital Federal.

Share