Por Guillermo Cherashny.-

Si bien el acuerdo bonaerense entre Mauricio Macri y Sergio Massa no está cerrado, el jefe de gobierno avanzó en las negociaciones con el auxilio de Emilio Monzó, Fernando Niembro y especialmente con Jesús Cariglino. El planteo a Massa sería que se anote como precandidato en una interna contra María Eugenia Vidal, con una lista común de diputados nacionales. En sus dichos, Aníbal Fernández minimizó el alcance de estas negociaciones diciendo que el tigrense encabezaría una colectora del PRO. No es así, ya que -si hay acuerdo- el que gane las PASO sería el candidato del PRO, la Coalición Cívica, la Unión Cívica Radical y el Frente Renovador. Esta solución contaría con el apoyo del establishment o, como lo llama el PRO, el «circulo rojo», donde se estaría armando una «vaquita» gorda para apoyar la candidatura de Massa a gobernador.

Es una paradoja que el establishment, que no quería a Massa como presidente, ahora estaría bien predispuesto para que sea gobernador antes de que el cargo se lo quede Aníbal Fernández. El cristinismo se preocupa por esta jugada y en caso de que Macri acuerde con Massa, los que mandan en el gobierno, como Carlos Zannini y Eduardo Wado de Pedro, lo obligarían a Florencio Randazzo a competir con el tigrense. En primer lugar, no creen en el gobierno que el jefe gabinete sea el candidato ideal y segundo, si Randazzo sigue en carrera, puede facilitar que Macri sea el candidato más votado, con el 28% más el 4 ó 5% que le aporten Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Aunque el FpV obtenga aproximadamente el 38%, sumando Scioli y Randazzo, Macri sería individualmente el más votado.

El último tramo

Está claro que la presidente está fortalecida y delegó el gobierno en Zannini y Wado de Pedro. Tanto Scioli como Randazzo y Aníbal reciben las instrucciones presidenciales del secretario general y del legal y técnico de la Presidencia de la Nación.

Volviendo al posible acuerdo Macri-Massa, según una versión, el primero al principio no habría consultado a Jaime Durán Barba ni a Marcos Peña sobre la conveniencia de negociar con Massa. Así asomó el protagonismo de Cariglino y Niembro, a los que el jefe de gobierno calificó, ahora sí ante su mesa chica, como “dos amigos que quieren mi triunfo. Jesús seguirá como intendente de Malvinas y Fernando irá como diputado nacional y no tienen intereses subalternos”. Estas ponderaciones habrían asombrado a la mesa chica del PRO. Allí se escucharon las voces de aprobación de Monzó y Peña mientras los demás no dijeron nada. En general, los dirigentes del PRO siguen reacios al acuerdo y bastante ajenos a la negociación en marcha. Y hasta que no esté cerrado el acuerdo tienen vía libre para decir que no les interesa Massa y éste les dice a sus dirigentes que afirmen lo mismo. La excepción es su esposa Malena Galmarini, que expresó claramente que hay que unir a la oposición para ganarle al cristinismo. Así las cosas, Massa se tomará el fin de semana para la reflexión final. Hay quienes aseguran que la tendencia corre a favor de que habrá interna contra María Eugenia Vidal, donde él tiene posibilidades importantes de ganar y de convertirse en gobernador de Buenos Aires, que no es poco.

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