Por Guillermo Cherashny.-

La presencia del presidente Macri en el foro de Davos provocó éxitos en la dinámica que más maneja Cambiemos, o sea, mucho marketing, fotos con líderes europeos y algunos magnates globales y promesas de inversiones extranjeras en el país que hasta ahora no llegaron en la prometida lluvia que anunció en la campaña electoral y durante dos años de gobierno.

También hubo lugar para los papelones, como hablar de la democracia venezolana ante la fría mirada de Vladimir Putin, que ni siquiera le contestó, pero que acá fue vendida como una gran defensa de la democracia ante uno de los aliados claves de Nicolás Maduro.

El otro fiasco fue exigirle a Emmanuel Macron una rápida firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea que el presidente francés respondió diciéndole su preocupación por las carnes francesas. Los diarios brasileños fueron muy críticos con esa maniobra individual del presidente, que debió ser conjunta. Pero en nuestro país, los matutinos «Clarín» y «La Nación» la vendieron como la postura de un estadista, que no se la creen ni sus propios lectores. Lo cierto es que el macrismo de los matutinos porteños y de Infobae han logrado un milagro, cual es disminuir la cantidad de visitantes de los portales de internet de los dos diarios y del número uno en internet como es Infobae. Las coberturas de Román Lejtman y Silvia Mercado ya pueden inscribirse en el género de la literatura fantástica.

En tanto, en nuestro país la situación es totalmente distinta, como por ejemplo para el destacado economista Daniel Artana, que dijo claramente que la Argentina tendrá dificultades en los mercados de crédito para financiar 100.000 millones de dólares en los próximos tres años, ya que endeudarse en el exterior para financiar viajes al exterior de los argentinos es muy malo para la economía.

El fracaso del plan económico 23/20, es decir tasas de interés al 23% y dólar a $ 20, se hundió el jueves pasado cuando el Banco Nación salió a vender dólares para que la cotización de la divisa no supere los $ 20 pero quedó en el umbral $ 18,85. No sólo el mercado de cambios está alterado sino parecería que el gobierno les declaró la guerra a los Moyano y a Palazzo, los sindicalistas más críticos de la política económica, una jugada muy arriesgada en medio de una pulseada con el mercado por el tipo de cambio y con el objetivo de conseguir una paritaria que no pase del 15% pero con el riesgo de una gran marcha opositora para el 22 de febrero.

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