Por Guillermo Cherashny.-

Macri reconoce que su debilidad está en la provincia de Buenos Aires y quiere que sus dirigentes se dediquen al timbreo domiciliario durante los próximos tres meses hasta que lleguen las PASO y confía en que su candidata Maria Eugenia Vidal y Fernando Niembro, un periodista deportivo muy conocido, que fue hijo de un dirigente peronista. Sin embargo, los jóvenes del segundo y tercer cordón no tienen idea de quién fue Paulino Niembro y lo ven a Fernando como un político más del PRO, con la única diferencia de que es muy conocido. Sin embargo, es obvio que no alcanza para levantar las acciones en la provincia, que está dominada por el Frente para la Victoria y el Frente Renovador, pese a las deserciones que éste viene sufriendo, aunque mantendría un caudal electoral cercano al 25%. En estas condiciones, Massa le podría dar el triunfo a la oposición si le ofrecen ser candidato a gobernador, aunque es muy posible que rechace esta propuesta -si se la hacen- y que siga entonces hasta el final, entre otros motivos porque recién tiene 43 años. Además, la soberbia de Macri le impide hacer un ofrecimiento de este tipo.

Sin correcciones

En efecto, el jefe de gobierno creería que con Vidal, Niembro, Jorge Triaca y otros dirigentes del PRO con pasado peronista se puede quedar con los votos de Massa en la primera vuelta. Sin embargo, cometería un grave error, ya que por lo menos más de la mitad de los votos del tigrense irían a parar a Scioli. Pero el optimismo de su asesor Jaime Durán Barba es enorme y estaría convencido de que hay en la sociedad una voluntad de cambio del 60% y que Macri canalizará esa intención de cambio como lo hicieron en su momento Raúl Alfonsín y después Fernando de la Rúa. Pero aparte de que las comparaciones son odiosas, a Macri le cuesta mucho conseguir votos peronistas, teniendo al lado a Elisa Carrió, que destila antiperonismo por donde se la mire. Macri espera que el triunfo de Miguel del Sel el 14 de junio en Santa Fe con votantes peronistas le dé el espaldarazo que le falta. Si bien las chances de Del Sel son altas para ganar en esa provincia, los peronistas están en la oposición y quieren ganarle al socialismo y por eso votan al PRO. En cambio, en Buenos Aires gobierna el peronismo y tanto Macri como Carrió son muy resistidos en la clase media baja y baja, que temen que les corten los subsidios y los planes sociales.

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