Por Guillermo Cherashny.-

Durán Barba y Marcos Peña tendrían en su poder dos encuestas que lo dan a Mauricio Macri con 2% de ventaja sobre Daniel Scioli. Traducido en números, 32% a 30%. y como hay una voluntad de cambio del orden de más del 60%, en una segunda vuelta el jefe de gobierno tendría serias chances de ganar sin necesidad de acordar con la flamante coalición UNA, que integran Sergio Massa y José Manuel de la Sota. En estas encuestas, Macri sumaría aproximadamente el 40% en Mendoza, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos y estaría ganado Salta con un porcentaje menor. En Tucumán, por su parte, estaría segundo, a pocos puntos de Scioli, con un promedio similar. Sin embargo, lo que le bajaría el promedio a esos supuestos 32 puntos es la provincia de Buenos Aires, donde el jefe del PRO estaría entre 20 y 25% y espera subir mucho después de las PASO, o sea, en la primera vuelta. A su vez, Scioli, que derrotará a Florencio Randazzo en las PASO, en la primera vuelta puede superar el 40% pero Macri muy probablemente pase el 30%, lo cual forzaría una segunda vuelta. En la misma, esa voluntad de cambio del 60% lo pondría a este último cerca de ganar una elección cerrada pero con una leve ventaja a su favor.

La apuesta al 45%

Durán Barba y Peña, con estos números en la mano, son más audaces en sus conclusiones y piensan que las PASO funcionarán como primera vuelta y la primera como segunda. Estiman que el 25 de octubre se impondrán con cerca del 45% ganándole a Daniel Scioli por uno o dos puntos.

De ser así, UNA no superaría el 15% en las PASO y en la primera vuelta se le licuarían casi todos los votos, que en un 60% irían para Macri y sólo 40% para Scioli. Obviamente no son éstos los números que se manejan en el Frente para la Victoria. Allí piensan llegar en las PASO al 40% entre Scioli y Randazzo y coinciden que la primera vuelta funcionará en la práctica como la segunda. La expectativa oficialista es superar por unas décimas el 45%, que los consagraría ganadores, en tanto que UNA retendría aproximadamente el 10%, lo que le impediría al líder del PRO contar con una polarización total que sí podría tener en la segunda vuelta (que en los hechos sería la tercera). Pero el cristinismo está seguro de que no llegará a esa instancia. El 14 de junio es una fecha clave pues hay elecciones provinciales en Santa Fe y Río Negro y una semana después en Mendoza. En la Casa Rosada hacen lo posible para que el oficialista Frente Progresista Cívico y Social, con Miguel Lifschitz como candidato a gobernador, le gane al PRO que lleva a Miguel del Sel. De ocurrir, esto sería un fuerte golpe para el macrismo. El kirchnerismo se prepara también para ganar en Río Negro y espera que el actual senador nacional Rolando Bermejo se ubique muy próximo al candidato a gobernador radical Alfredo Cornejo. De ahí en más, el cristinismo se propone continuar su marcha triunfal hasta la primera vuelta de octubre, superando levemente el ansiado 45%.

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