Por Guillermo Cherashny.-

Las numerosas designaciones de parientes del PRO por los dirigentes de ese partido político eran muy conocidas en Twitter por la gente politizada, que en relación al electorado es muy poca, aunque con el «efecto Triaca» se hicieron más conocidas por la opinión pública. Pero el sorpresivo anuncio del presidente el lunes pasado que lo agregó como el ítem 3 al pomposo «ajuste de la política», que tiene un significado irrisorio en el déficit fiscal, transformo la lista de familiares en la principal preocupación de los argentinos. Así es que en los principales matutinos y en todos los portales de internet aparecen una lista interminable de parientes que exceden a los maridos, esposas, hijos, padres, cuñados, etc. En efecto, aparecen los que conviven, los ahijados, los primos, que muestran que el PRO nombró a mucha pero mucha gente por parentesco o amistad más que por idoneidad, que es el único requisito que exige la Constitución Nacional para ocupar un cargo. Así es que como el kirchnerismo dejó sueldos altos en la administración pública y toda la parentela del PRO se sumó a «cambiar» el país. Un caso extremo es el actor Segundo Cernadas, que pasó de «currar» en una miniserie que nunca se terminó, producida por Andrea del Boca, a delegado de la ANSES en Tigre por ser primo o ahijado de Patricia Bullrich, la ministra de seguridad, pero nadie explica qué sabe sobre los jubilados un actor de segundo orden, que no sólo es titular de la ANSES sino referente del PRO en un distrito tan importante como Tigre, demostrando cómo desde el poder se puede inventar a un futuro intendente al cual nunca le interesó la política. Éste es uno de los ejemplos más claros de cómo la falta de idoneidad es la regla general de lo que se llama con razón «neprotismo».

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