Por Guillermo Cherashny.-

El fin de año nos trajo un Macri desconocido en estos nueve años que ejerció la función pública en la CABA y ahora en la Presidencia de la Nación. En efecto, nunca en la ciudad de Buenos Aires fue agresivo con la oposición y mucho menos con el gobierno de Cristina y con Néstor como «primer caballero», en donde intentó amablemente no cuestionarlos salvo en claves ideológicas y se demuestra que en la multitudinaria marcha por la guerra del campo en Palermo concurrieron todos los dirigentes políticos menos el jefe de gobierno y en todos estos años intentó acordar con la ex presidente obras públicas en la ciudad y el traslado de la policía y puertos pero sólo le tiraron por la cabeza los subtes, pero sin recursos que lo aceptó sin chistar. Ya en la presidencia estuvo muy conciliador con toda la oposición hasta que el proyecto de ganancias lo sacó de quicio y atacó duramente a Sergio Massa, aunque unos días después mandó a sus principales espadas a negociar en el Tigre. El Macri desconocido aparece cuando anuncia que despidió a Alfonso Prat Gay por no trabajar en equipo y unos días atrás la víctima fue Isela Costantini, la presidente de Aerolíneas Argentinas.

Ayer anunció nuevos cambios de ministros si las cosas no andaban, es decir, está reconociendo que las cosas no van como esperaba y se dice que Daniel Chain, el secretario de obras públicas, pronto saldrá del gobierno y detrás de él, en cualquier momento otros ministros.

Pero lo más importante de las declaraciones radiales de ayer fue cuando dijo que Elisa Carrió hace denuncias sistemáticas contra Ricardo Lorenzetti y que tendrá que probarlas y que no representan a Cambiemos. Fuentes seguras dicen que Macri se molestó con su socia cuando dio a entender que el presidente de la Corte conducía borracho cuando tuvo un lamentable accidente con un motociclista que falleció en Rafaela y aparentemente esta acusación fue un límite. Carrió mandó a su ladero, el diputado Fernando Sánchez, a decir que todas las denuncias de su jefa son de Cambiemos, constituyendo el primer cruce entre los socios y, salvo las denuncias de corrupción contra Cristina, las demás sólo corresponden a Carrió, quien debe probarlas.

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