Por Guillermo Cherashny.-

Esta semana Marcos Peña, el jefe de gabinete, citó en tandas a periodistas para decirles que el presidente aún confía en un probable ballotage pero, si fuera derrotado el 27 de octubre, no dejará la política como creen muchos sectores políticos, inclusive dentro de Cambiemos, donde Rodríguez Larreta, Lousteau, Vidal, Morales y Cornejo pujarán por liderar la oposición en una conducción colegiada.

Peña comparó al presidente con Sebastián Piñera, el presidente chileno, que al finalizar su primer mandato quedó como jefe opositor y, a los cinco años, como establece la constitución chilena, volvió ganando las elecciones presidenciales. En realidad, las situaciones no son comparables, porque Piñera tenía antecedentes políticos en el partido Renovación Nacional y siempre se opuso al general Pinochet; en cambio Macri apoyó el proceso militar 1976/83 y nunca actuó en política hasta el 2003, cuando se presentó como jefe de gobierno porteño. Además, Piñera terminó su primer mandato con un crecimiento del 5% a pesar de sufrir un grave terremoto al comenzar su mandato, en tanto Macri termina de la peor manera, con tres años de recesión en cuatro de gobierno.

La idea que tienen Macri y Peña es que el presidente se iría con una imagen muy baja, por lo cual a Alberto Fernández le convendría tenerlo como jefe de la oposición, porque sería el único presidente desde la reforma del 94 que no logra la reelección y, por tanto, podría ser calificado como un «piantavotos» al cual sería fácil de derrotar en las legislativas del 2021.

La intención oculta de continuar en política como líder político sería obtener impunidad por supuestos delitos que serán investigados en el futuro en Comodoro Py, por lo cual el gobierno peronista y la justicia no lo meterían preso porque sería mejor tenerlo como líder opositor a Macri antes que a los antes mencionados, que mantendrán sus territorios. Macri y Peña confían en que Lilita Carrió seguirá firme junto a él porque Rodríguez Larreta, Lousteau, Vidal, Morales y Cornejo no quieren saber nada con Macri y los CEOs.

Como se ve, la Argentina es un país que no deja de sorprender, ya que hace que alguien que fracasó rotundamente en su mandato pueda tener una nueva oportunidad.

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