Por Sebastián Dumont.-

Sin duda que los intendentes bonaerenses han recobrado un rol mucho más protagónico que, incluso, cuando gobernaba el cristinismo. Allí, los oficialistas eran convocados a aplaudir los discursos de Cristina Kirchner, quien rara vez los recibía. Los usaba como sus punteros de lujo a cambio de fondos para sostener sus estructuras políticas que, ahora, empiezan a ver recortes. Con la llegada de Cambiemos se está dando una inercia distinta. El caso de las nuevas tarifas es una muestra de ello, como así también de la firmeza que le gobierno está dispuesto a sostener para blanquear los desajustes que dejó la «Década Ganada».

El primer gesto de apertura fue cuando se discutió el presupuesto bonaerense. Luego de las acciones opositoras de La Cámpora, los intendentes peronistas del conurbano se pusieron al frente de la discusión. Y llegaron a un acuerdo. Aunque hay una variable que no se modifica. El macrismo parece dispuesto a negociar, consensuar, pero no a dar marcha atrás en ninguno de los ejes de la política que pretende llevar adelante.

Esta situación se vislumbra mucho mejor en el orden nacional que en el provincial. Allí, en el mismo oficialismo observa que Vidal le ha dado demasiado juego a su acuerdo con Sergio Massa. Por lo bajo, en algunos despachos de la Casa Rosada deslizan algunas críticas a esa situación.

En cuanto al juego de los jefes comunales, éstos volvieron a reunirse con el ministro del Interior. El tema del encuentro fue la preocupación que mostraron los alcaldes por el aumento de tarifas eléctricas que, sin duda, va a golpear en los bolsillos de muchos de sus vecinos. Allí hay un tema clave, cuando la gente empieza a pagar cada vez más caros los servicios, tiende a postergar el pago de las tasas municipales, fuente principal de recaudación de las comunas.

El ministro de energía escuchó la preocupación de los intendentes, pero aclaró que no hay marcha atrás. Tienen una posición firme y la única manera de solucionar los cortes de luz es aumentando las tarifas. Hay una realidad. En doce años la inflación fue del 1000 por ciento y las boletas de luz estuvieron congeladas. Así no hay forma de que las cosas aguanten y funcionen.

Si los intendentes se llevaron como promesa de la Casa de Gobierno la certeza de que serán parte del control de la inversión y se va a poner una oficina para seguir de cerca los casos de la tarifa social en cada comuna y se tendrá en cuenta el caso de las grandes superficies públicas como hospitales.

Sin duda, los jefes comunales tienen otro juego. Como también es una realidad que el macrismo está dispuesto a ordenar la herencia de la década K, más allá de las críticas y las cuestiones políticas de por medio.

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