Por Guillermo Cherashny.-

El presidente le tiró el fardo del escándalo de los aportes a la gobernadora de Buenos Aires, quien tuvo que salir estos días, lo mismo que Graciela Ocaña, la número uno de la lista de diputados nacionales del 2017, que habló por primera vez, pero haciéndose la distraída y deslindando a los resultados de la auditoría. Pero el peligro está en la justicia, especialmente en La Plata, donde el juez Kreplak ya encarceló a Balcedo por lavado de dinero y se espera que acá haga lo mismo, por lo menos con la contadora Inza.

Como dijimos al principio, el presidente apareció en Instagram dirigiéndose al público juvenil -donde anda mal electoralmente- e intenta recuperar con la ley del aborto, de la que dice estar en contra, aunque cree que, como planteó el debate, si sale aprobada igual ganará, aunque las diferencias con Francisco son ya irreconciliables.

Macri no puede renunciar a presentarse a la reelección, por lo menos por ahora, porque toda la oposición se le iría encima y de ahí que en la Bolsa de Comercio y en Instagram relanzara la reelección, que está más comprometida que nunca, ya que las encuestas prevén un ballotage con Cristina, donde espera triunfar. Pero si la economía sigue así, hasta el denominado cuco le puede ganar, más teniendo en cuenta que el escándalo de los aportes truchos recién empieza y puede derivar en el delito de lavado de dinero y financiamiento ilegal de la política y convertir al PRO no ya en kirchnerismo de buenos modales, sino en tan corrupto como los K, que hasta ahora lo sabían los más informados, pero no el público en general.

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